André Schwarz-Bart, escritor
Ganó el Premio Goncourt en 1959
André Schwarz-Bart no era un escritor de un único libro sino una persona marcada para siempre por un hecho: el exterminio de su familia y la voluntad exterminadora de los nazis respecto a los judíos. Él había nacido en Metz (norte de Francia), en 1928, hijo de una familia de emigrados polacos en la que el padre había estudiado para rabino y en la que el yiddish era idioma materno.
La guerra mundial y la ocupación alemana le sorprendieron en plena adolescencia. Menor de edad, se enroló en la Resistencia francesa al mismo tiempo que gran parte de sus familiares eran capturados y enviados a los campos de la muerte, en la Polonia natal. De este crimen inolvidable nació su novela Le Dernier des Justes, que ganó el Premio Goncourt en 1959. Tuvo un éxito enorme: vendió más de 450.000 ejemplares. Tenía entonces 31 años.
Schwarz-Bart militó en el PCF hasta 1951, cuando comenzó a atisbar que el universo concentracionario también existía en la Unión Soviética. Al mismo tiempo que trabajaba como ajustador recogía el testimonio de los supervivientes de los campos de concentración y exterminio. La angustia religiosa ante el silencio de Dios es uno de los temas de su novela, que recoge el destino de una familia judía desde la Edad Media hasta el hundimiento del III Reich.
El éxito literario le permitió dedicarse a la literatura. Se instaló en las Antillas, donde contrajo matrimonio con la también escritora Simona Schwarz-Bart. A cuatro manos redactan Un plat de porc aux bananes vertes, que se edita en 1967 y que es un canto a la rebelión anticolonial de los antilleses y un retrato feroz del racismo, tema que seguirá desarrollando en otro libro, de nuevo escrito en solitario, La Mûlatresse Solitude (1972).
El tema de la diáspora negra, la historia de la esclavitud, la pone en paralelo con el drama vivido por el pueblo judío. Distingue las características de cada experiencia histórica, compara pero no iguala.
Desde 1972 había dejado de escribir, habitado siempre por el dolor de lo que había visto y vivido o por lo que habían sufrido los que él sabía sus iguales.
Imposible escapar a una memoria del horror que lo invade todo. André Schwarz-Bart ha muerto a los 78 años, en Pointe-à-Pitre, en la isla de Guadalupe, como consecuencia de unos problemas cardíacos que habían forzado a operarle.
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