Por la senda de los 'mayores'

De repente, la fuente se ha secado. La prolífica selección española sub 21, hasta hace poco una mina de éxitos, no jugará la próxima Eurocopa de Holanda ni los próximos Juegos Olímpicos, en Pekín. Y ya no es casualidad. Tampoco participó en los Europeos de 2002 y 2004, ni acudió a la cita olímpica de Atenas. Desde que los chicos de Sáez se colgaron la medalla de plata en Sidney, en una final perdida contra Camerún hace ya seis años, los sub 21 ni siquiera se han asomado a una gran competición internacional. La espera se presume larga después de perder el martes contra Italia los últimos billetes.

"Las selecciones inferiores están acostumbradas a ganar, la eliminación es un varapalo, pero esto son camadas y unas salen mejor y otras peor. No se puede hablar de decadencia del fútbol español", esgrimió el técnico español, Iñaki Sáez, tras la última decepción. Pero las camadas, como dice Sáez, no parecen ahora peores que hace unos años. España ganó el oro olímpico en Barcelona 92 con Guardiola, Kiko, Luis Enrique, Alfonso y Abelardo al frente; y la plata en Sidney y el tercer puesto en el Europeo de 2000 con Xavi, Albelda, Angulo y Gabri como jugadores más destacados. Dos años después, el mismo Xavi, Marchena, Vicente y Yeste no pudieron clasificar a la selección para el Europeo sub 21 jugado en la República Checa al perder en la fase previa contra Portugal. Y Suecia hizo trizas a Reyes, Torres, Villa y Xabi Alonso, hoy internacionales absolutos, en la eliminatoria por llegar a Italia 2004.

El grupo es más experto que antes: los 14 que jugaron ante Italia han debutado en Primera

"En el momento de la verdad, hemos fallado, como le pasa muchas veces a la absoluta"

La actual generación tiene incluso más experiencia en Primera División que sus predecesoras. Los 14 jugadores que participaron ante Italia han jugado en la máxima categoría. El capitán, el central bético Melli, es el más experto con 76 encuentros en ya cinco temporadas con su equipo; el zaragocista Zapater suma 71; Garrido, 64; Albiol, 51; Arizmendi, 49; Moyà, 41; Raúl García, 40; Silva, 39; Gavilán, 37, Flaño, 34; Kepa, 31; y Soldado, 16. Jurado, con sólo cinco apariciones, y De la Red con tres, son los menos habituales en Primera. Pese a su juventud, muchos son ya titulares en sus conjuntos y han jugado en la Liga de Campeones, casos de Soldado y Albiol.

"La plantilla era buenísima. Este año teníamos un gran equipo, con gente con mucha experiencia, ha sido una lástima", se lamenta Melli. "Aunque la gente no se lo crea, hemos tenido siempre la suerte en contra", añade. "Contra Italia llegamos por los costados, dominamos, les encerramos en el área casi todo el partido, y un balón que iba a la banda le dio en la espalda a Chiellini, un lateral, y se le quedó para enchufarla en el primer gol. Luego se cerraron y no hubo manera de entrar. La diferencia ha sido muy poca". "Hemos hecho una gran clasificación y perdido el partido decisivo. En el momento de la verdad, hemos fallado, como le ha pasado muchas veces a la absoluta. Es algo que no tiene explicación. No hemos tenido fortuna ante un rival digno y potente que se encontró con su día. Los dos fuimos fieles a nuestro estilo. Quizá nos faltó profundidad porque su planteamiento defensivo y su organización fueron de lo mejorcito que he visto. Eso no quiere decir que en la cantera española no se hagan las cosas muy bien", expone el meta Moyà. "A la selección siempre se le atascan los partidos así, a cara o cruz, en esta categoría o en otra. Había mucha ilusión en el grupo y sentíamos que nos jugábamos muchas cosas. Italia marcó dos goles que no creo que vuelvan a repetir y nosotros no tuvimos frescura a la hora de atacarles", asume el central Albiol. Algunos, como el valencianista, aspiran ahora a llegar a la Eurocopa de 2008 con la absoluta. Para otros, puede ser el fin a su carrera con la selección.

La depresión que atraviesa el equipo mayor se ha contagiado sin remedio a las categorías menores. "El ambiente suyo no es el mejor, pero somos dos selecciones completamente diferentes", argumenta Melli. "No nos ha influido su situación para nada. Defendemos el mismo escudo, pero no estamos en sus carnes", asegura pese a todo Moyà. "La absoluta ya tiene sus problemas", puntualiza Albiol, "y encima ahora la critican más por nuestra eliminación".

España completará como mínimo 12 años sin Juegos Olímpicos (2000-2012), un desierto por el que no pasaba desde que cayó en primera ronda en Moscú 1980 y volvió como anfitrión en Barcelona, donde surgió una generación de oro dirigida por Vicente Miera. Después de aquel éxito, Sáez tomó el relevo en 1996 y durante seis años las categorías inferiores vivieron sus mayores días de gloria: campeones del mundo sub 20, campeones de Europa sub 19 y sub 21 y plata olímpica en Sidney. Juan Santisteban sustituyó a Sáez durante su paréntesis al frente de la absoluta (2002-2004), hasta que el preparador regresó a sus orígenes en la cantera. El técnico vasco ha sido el eje vertebrador de los últimos éxitos. Y también de los últimos fracasos.

España quedó despachada en Palencia por Italia, una selección que ha funcionado como ejemplo de continuidad. Campeona de Europa sub 21 en cinco ocasiones, las dos últimas en 1996 y 2000, Italia ha conseguido elevar sus éxitos al más alto nivel: campeona del mundo este año en Alemania. Los triunfos de España siempre se han quedado por el camino. Y, como ahora, ni siquiera eso. "Es normal que no siempre se pueda ganar", explica el ex técnico italiano Arrigo Sacchi. "España está viviendo un momento negativo, pero tiene una cantera fuerte, y una tradición y una historia de ganadores en esas categorías. Seguro que volverán a ganar. Otra cosa es la roja", explica. "Sólo Italia tiene más títulos que nosotros. La sub 21 ha funcionado siempre, siempre ha dado éxitos, y no hay motivo para creer que no será así de nuevo", defiende Melli. Habrá que esperar varios años, en cualquier caso.

La eliminación ha dejado tocado a Sáez, cuyo cargo se tambalea igual que el de Luis Aragonés. "Mala suerte", asumió el técnico para explicar la derrota, "sólo nos queda resignarnos".