"Una bofetada es normalmente la puerta para más"

Teresa Aguirre (Basauri, 1962), psicóloga, terapeuta y agente de igualdad, se encuentra al frente del Servicio de Atención Telefónica a Mujeres Víctimas de Maltrato Doméstico y/o Agresiones Sexuales (900 840 111) desde que el Gobierno vasco lo puso en marcha en enero pasado. El pasado jueves impartió una conferencia en la sede de Euskaltzaindia en Bilbao sobre las claves para prevenir la violencia contra las mujeres.

Pregunta. ¿Cómo se puede prevenir el maltrato?

Respuesta. Ya es un avance el poder hablar hoy de prevención en violencia de género. Para la prevención hay que realizar campañas de sensibilización de la sociedad, que haya una asunción política y social de que es un problema y que haya programas de intervención en la población en general. Se trata también de cambiar patrones culturales, no naturalizar el uso de la violencia y, a la vez, fomentar y dotar a la población en general de otras habilidades para afrontar la frustración y los conflictos.

"Desde el servicio hay dos cosas que no se pueden decir: 'tranquila' y 'deberías...' Aquí no se juzga a nadie"

P. ¿En qué consiste el servicio que coordina?

R. Un teléfono gratuito, que funciona 24 horas al día, los 365 días al año y para toda Euskadi. Está dirigido a las mujeres, ya que la violencia de género va contra ellas, pero pueden llamar los hombres y algunos ya lo han hecho. Se garantiza que se mantiene el anonimato si la persona lo desea.

P. ¿Su labor es derivar a la persona a otros servicios?

R. Depende de la llamada. Cada mujer llama desde distinta situación. A veces ni siquiera han llegado a identificar el maltrato; sólo saben que se sienten mal.

P. El maltrato psíquico.

R. Sí. Es más difícil de identificar y de demostrar. A veces te cuesta ponerle nombre, pero sentirlo no es tan difícil.

P. Acaba de lanzarse una campaña publicitaria en la que se anima a las mujeres a no aguantar el primer maltrato. ¿Una bofetada es siempre el comienzo de la violencia?

R. Puede ser algo puntual, pero normalmente, una vez que pierdes el respeto, se suele repetir. Cuando das una bofetada, esa primera es la puerta para más.

P. ¿Y qué le aconsejan desde el servicio a quien dice que sólo ha sido una vez?

R. Quien decide lo que va a hacer es la persona que está viviendo la situación. Desde el servicio hay dos cosas que no se pueden decir: "tranquila" y "deberías..." Aquí no se juzga a nadie. De lo que se trata es de que quien te llama tome conciencia de la situación y de sus consecuencias.

P. ¿Una llamada da para mucho o intentan que se repita?

R. Nuestro objetivo es que, para quien está viviendo el maltrato y no ha comunicado a nadie esa situación, que esto pueda ser un puente para comenzar a hablar del maltrato.

P. Que llamen es un paso de gigante. ¿Eso lleva a otros?

R. Sólo si hay satisfacción en la atención. Cuando tienes miedo e inicias algo, si la respuesta no es satisfactoria, no vuelves.

P. ¿La inmigración hace variar el panorama del maltrato?

R. No tengo datos. En las llamadas que nosotros recibimos, hay de todo. No hemos notado especial incidencia de mujeres inmigrantes.

P. Esta semana se ha conocido un dramático caso de violencia en Urnieta. ¿Qué se puede hacer en ese caso en el que todos los vecinos estaban al tanto de los malos tratos?

R. Cualquier persona puede denunciar un caso de violencia que conoce. Lo que es muy importante, en ese caso, es que la comunidad reaccione y manifieste rechazo a esa situación de la manera que sea: concentrándose, denunciando,... Que se vea una reacción social.