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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Numerosa familia

Olivia nació hace escasamente un mes. Es nuestra primera hija.Olivia tiene dos hermanas, fruto de mi anterior matrimonio, que viven con su mamá. Amigos, familiares y conocidos nos han transmitido al conocer la noticia su felicidad por nuestra familia numerosa, pero no he tenido más remedio que rectificarles puntualizando que no somos familia numerosa, sino numerosa familia, que no es lo mismo.

Desde que el Boletín de las Cortes publicase (hace ya nueve años) que para que un hijo formase parte de una familia numerosa debía "convivir con el cabeza de familia y depender económicamente del mismo", somos muchos los padres que estábamos buscando cambios acordes a nuestros tiempos. Y ahora que nos llegan, anunciándonos que existe la creación de familias numerosas separadas, volvemos a ver la simple justificación social en todo esto, pues una nueva y cruel coletilla dice que en caso de desacuerdo, prevalece el criterio de convivencia. Si según decretó un juez en su momento debo mantener a mis dos primeras hijas (aún siendo privado de convivir con ellas) y ahora aporto a una tercera, ¿no mantengo entonces a tres hijas?

La respuesta es sí, pero curiosamente no conformo familia numerosa. Nosotros sabemos que en un país democrático todo es posible bajo acuerdo y que cuando necesitamos leyes es precisamente porque no lo hay.

Y es que en la dura andadura de mi nueva vida como "re-casado" es la tercera vez que me encuentro con esta situación: primero me encontré con que si había acuerdo decidiríamos cómo compartir nuestra vivienda común, y si no, ella lo haría; después que si había acuerdo, decidiríamos cómo compartir la custodia, y si no, ella la tendría; y ahora, que si hay acuerdo integraré a mis tres hijas como familia numerosa, y si no, lo hará ella cuando llegue su momento. No tengo muy claro cómo le explicaré a Olivia todo esto. Supongo que el día que me pregunte para qué sirven las leyes, tendré que mostrarle un ejemplo ajeno, pues los propios me temo que no llegará a entenderlos. Como me pasa a mí.

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