Alonso contra todos

La primera conferencia de prensa de Fernando Alonso en Japón no sirvió para calmar los ánimos en el seno del equipo Renault, sino para avivar el fuego. En su línea de ser consecuente consigo mismo, el campeón mundial afirmó que, a su modo de ver, tanto el equipo como su compañero, el italiano Giancarlo Fisichella, pudieron haberle ayudado bastante más en la lucha que mantiene con Michael Schumacher y Ferrari para conseguir el título de pilotos. Su guerra ya no es sólo contra el alemán, líder con los mismos puntos que el español a falta de dos carreras para el final, y contra la Federación, sino que se ha trasladado al seno de su propio equipo, que cambiará al mecánico al que el domingo se le cayó la tuerca de la rueda derecha y provocó que Alonso perdiera 10 segundos. Pero ésa es una situación en la que el asturiano se mueve como pez en el agua, le motiva.

Alonso incidió en el comentario que ya realizó tras la carrera de China, cuando dijo que su equipo estaba más interesado en el título de marcas que en el de pilotos, para evitar que pueda llevarse el dorsal número uno al equipo McLaren en 2007. "Sé que el equipo hace todo lo que puede. Me han dado un coche fantástico que me permitió ganar el título el año pasado y seguir luchando por él esta temporada y se lo agradezco", denunció. "Pero en algunas ocasiones, en opiniones y en planteamientos, me he sentido un poco solo".

Ante la insistencia de los periodistas, el asturiano, de 25 años, no se cortó. "Durante el año, he pasado por dos momentos muy difíciles. Uno en Indianápolis, donde no era competitivo; y el otro en China, donde durante 10 vueltas estuve fuera de la carrera y perdía cuatro segundos por vuelta. Y en estos dos momentos, tal vez, en mi opinión, en términos de equipo, hubiera debido tener más ayuda", prosiguió Alonso. Las quejas del español se referían, entre otros, al rifirafe que mantuvo con Fisichella en la carrera de Shanghai, que puso fin al liderato de Alonso, con problemas de neumáticos. El italiano se encaramó en la lucha por el liderato con Michael Schumacher, dejando muy atrás a Alonso. "Tomar tantos riesgos cuando uno está luchando por el título mundial, a falta de tres carreras, con tu compañero de equipo, es un poco... no me parece lo mejor".

Sin embargo, el enfrentamiento con Fisichella fue mucho más lejos. Le recriminó también que tras adelantarle, en lugar de frenar a Schumacher, los dos atacaran a fondo. "Es como si en el Tour tuvieras un pinchazo y tu equipo se llevara al peor rival a la cumbre y no te esperara. Resulta difícil de entender. Me quejo de esto", indicó Alonso, cuando le insinuaron su enfado porque Fisichella acudiera tras la carrera a una fiesta en Shanghai en la que estaba Schumacher. "Son rumores que se inventa la prensa italiana para presionarme". El diario Bild dejó entrever que la fiesta había sido organizada por Schumacher, pero la realidad es que fue montada por la hermana de Irvine, igual que en otros grandes premios, y que la entrada era libre para los pilotos, que estaban invitados -estuvo también De la Rosa y su esposa, Reyes- y los demás pagaban 500 euros.

A estas afirmaciones respondió Fisichella. "Obviamente, trabajo para Renault y conduzco para el equipo y para mí mismo y no para Fernando Alonso", matizó el italiano. "Si tengo alguna posibilidad de ayudarle lo haré, pero no voy a parar el coche en el circuito para dejarle pasar. Estamos trabajando para ganar los dos campeonatos. Si perdemos el título no será por mi culpa porque yo le he ayudado mucho esta temporada. Hablaré con él, si le gusta bien y si no no me importa, aunque sería importante acabar unidos la temporada". El ambiente en Renault está tan cargado que se puede cortar con un cuchillo. En contraste, en Ferrari la unión es absoluta. "Pero el campeonato debemos resolverlo Fernando y yo, no nuestros segundos pilotos", indicó Schumacher, con una gran sonrisa en los labios. El alemán puede convertirse el domingo en campeón si gana la carrera y Alonso no puntúa.