_
_
_
_
Reportaje:

Un niño entre profesionales

Nicolás Millán, del Colo Colo, debuta con 14 años en la Primera chilena

Jordi Quixano

Ocurrió hace dos semanas. Soplaba y resoplaba pero no se sacudía los nervios de encima. Poco le ayudó que a la salida del túnel de vestuarios le esperara Carlos Caszely -ex jugador del Levante y del Espanyol, entre otros- para animarle, para decirle que él pasó por la misma experiencia años atrás. "Estoy asustado, soy muy chico", comentó el día anterior a la prensa. Pero todo cambió cuando el técnico del Colo Colo chileno, Claudio Borghi, le ordenó calentar en la banda. Nicolás Millán (Santiago de Chile, 1991), entonces, no podía esconder la sonrisa; los 14.000 aficionados rivales le aplaudían a rabiar a cada gesto, a cada saludo. Era la estrella del partido y aún no había saltado al campo. Su equipo perdía por 1 a 0 contra el Santiago Wanderers y faltaban 11 minutos.

Su lanzamiento a la fama ha llevado a su equipo a protegerlo con guardaespaldas del acoso mediático

"Poh, ven acá y juega de delantero como sabes", le dijo Borghi. Y Nico, en la primera pelota que agarró, trató de hacer un caño al rival. Falló. El ariete, que tiene un contrato de juvenil, pisó el césped del Estadio Playa Ancha del puerto de Valparaíso como profesional con 14 años, nueve meses y tres semanas, todo un récord en los 73 años de historia de la Liga de fútbol chilena. Superó a los niños precoces Rodolfo Moya (15 años, cuatro meses y 21 días) y Frank Lobos (15 años y cinco meses).

Una semana antes, sonó el teléfono en casa de Nico, situada en la barriada de San Joaquín. Era Borghi, que había castigado a Rodrigo Tapia por no acudir a un entrenamiento y que le daba una oportunidad para suplirle.

El chico se apresuró en pedirles a los padres, Víctor y Roxana, que firmaran los permisos para faltar a clase -estudia segundo de ESO-. "Le pego al estudio, pero me gusta más el balón", explica Nico. Pero a punto estuvo de no volver a jugar cuando, hace dos meses, se desmayó en un entrenamiento. "Estuve inconsciente un minuto", relata el fornido chaval; "Me hicieron unas pruebas médicas y me detectaron corazón de atleta (mide dos centímetros más de lo normal)". Pero los médicos, tras una prueba de esfuerzo y un electrocardiograma, le dejaron volver a jugar al fútbol. "Es que para jugar en el Colo Colo hay que tener el corazón muy grande...", bromea.

Nico está viviendo unos días muy ajetreados. No sólo ha sido portada en los diarios chilenos, sino que ha acudido a varios programas de televisión. Todo esto no le hace mucha gracia al Colo Colo, que considera perjudicial su vertiginoso lanzamiento a la fama y que le ha restringido las apariciones en los medios. "Mis padres y la psicóloga del club me recomendaron lo mismo", apostilla. Del mismo modo, después de un partido, varios guardaespaldas lo protegen de los micros.

Todo lo contrario que hace tres años, cuando el Colo Colo le rechazó el ingreso al club. "Después de eso probé en el Marcelino Espina pero también me echaron", cuenta Nico, "era una entrenadora que sólo me hizo trotar. Luego, cuando ya iba a firmar por la Serena, el Colo Colo volvió a llamarme y acepté".

Ahora, Nico juega en el Sub-17 del club chileno y ha marcado tres goles en los tres últimos partidos. Borghi ya ha anunciado que le dará más minutos con el primer equipo. "En 10 minutos contra el Wanderers tocó la pelota cuatro veces y falló una ocasión de gol. En general hizo cosas interesantes", advierte el técnico. Y Nico, admirador de Cristiano Ronaldo el jugador portugués del Manchester United, recoge el guante: "Quiero jugar más minutos con el primer equipo. Ya no me asusta".

Nicolás, el día de su debú en la Primera División chilena.
Nicolás, el día de su debú en la Primera División chilena.LA TERCERA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_