La peligrosa ratonera del Calderón

Celia Fernández acudió ayer por primera vez en su vida al estadio Vicente Calderón y, por la experiencia que sufrió para llegar a su casa, es probable que no vuelva nunca más. Tardó dos horas en llegar a su piso, cerca del metro de Colombia, en un trayecto en el que uno no debería demorarse ni 30 minutos, según el apartado "Cálculo de trayectos" de la página web de Metro de Madrid. "La salida del estadio ha sido un horror, tanta gente, y luego el metro...".

Celia salió derecha hacia la estación de Pirámides en cuanto terminó el encuentro, a las 21.00, pero no llegó a su casa hasta las 23.00 y con los zapatos llenos de barro. En su camino, como las otras 53.999 personas que ayer llenaron el Calderón, tuvo que sortear zanjas, vallas de obra, separadores de hormigón... Y la lluvia, que no mojó mucho, pero sí lo suficiente para que, encima, apareciese el barro.

El Vicente Calderón está rodeado de obras, es una isla en medio del soterramiento de la M 30 en la zona sur. El acceso en transporte, público o privado, al campo nunca ha sido fácil, pero la monumental obra lo ha empeorado aún más.

Desde la Agrupación de Peñas del Atlético de Madrid, su portavoz Julián del Casar advierte de que "la ratonera" en la que se ha convertido el campo puede traer problemas de seguridad. El Ayuntamiento no ha previsto ningún plan especial de evacuación derivado de los problemas de la obra. Y los mandos policiales encargados de la evacuación del campo, reconocen que, en caso de, por ejemplo, un aviso de bomba, habría "dificultades" para alejar a la gente del estadio. "Cuando el Atlético hizo el plan de evacuación, la M-30 no estaba prevista. Ahora mismo no habría ningún problema para desalojar el campo hasta las puertas del estadio. Pero la obra de la M-30 complica mucho las cosas si tuviésemos que desalojar la zona varios metros", señalaron fuentes policiales.El dispositivo de seguridad estuvo formado por 200 policias nacionales, más 60 municipales para el tráfico.

El Ayuntamiento asegura que las molestias para aficionados y vecinos terminarán esta primavera. La zona se convertirá en un parque con el río Manzanares en medio, pero de momomento, lo único que trabajos están provocando es que, desde el verano pasado, miles de aficionados lleguen tarde al partido o directamente decidan no acudir. "Este año aún no hemos hecho cálculos, pero el año pasado perdimos un 20% de la entrada de taquilla y un 35% de la entrada de los abonados", explicaron desde el club rojiblanco.

El Ayuntamiento no da más solución que la de la espera. "En primavera terminarán las molestias de las obras. Eso sí, el acceso al Calderón va a quedar igual, con las mismas facilidades y dificultades que siempre", advierten desde el Consistorio.

En el primer partido de la temporada en el Calderón, que enfrentó al Atlético de Madrid, contra el Valencia el pasado día 9, la salida del campo se convirtió en un embudo. Al estadio no se puede llegar en coche porque los accesos principales al estadio desde la M-30 están cortados, y todo el tráfico en los alrededores ha sido reordenado por culpa de las obras: calles que normalmente iban en un sentido ahora van en el otro... Así que hay dos opciones: llegar en coche callejeando por el centro de Madrid y luego aparcar, como poco, a 15 minutos del estadio o ir en transporte público. Los dos días que ha habido partido esta temporada en el Calderón ha habido grandes problemas para poder montarse en el metro. A los del autobús tampoco les ha ido mejor: los vehículos han pasado llenos y sin parar. La opción de Cercanías es seguramente la peor porque es la que cierra más pronto.

Para evitar un nuevo desastre, Metro y EMT (autobuses 17 y 50) reforzaron ayer sus servicios; el primero en un 12% (es decir, que pasase un tren cada seis minutos en vez de uno cada diez). Pero la cosa no fue mucho mejor. Además, los osados que cogieron el coche se metieron de lleno en un embudo en calles como Virgen del puerto, Calle de Toledo, Acacias...

Uno de los que sufrió las obras fue el actor Daniel Guzmán e hincha del Atleti. "He venido en coche, sí, haciendo un rally entre las obras. Luego, directamente he abierto una valla y lo he dejado dentro de la obra; al lado de una excavadora. A ver si sigue ahí cuando regrese...", concluyó.