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Reportaje:

Liberalización, sí; competencia, poca

La apertura del mercado permite a seis millones de portugueses elegir entre cinco eléctricas

Sodesa (Sonae+Endesa), Unión Fenosa, Enel Viesgo e Iberdrola pueden desde el pasado día 4 comercializar electricidad de baja tensión en Portugal. La liberalización del mercado eléctrico portugués, que se inició progresivamente en 1995 con la alta tensión (grandes consumidores industriales), concluye oficialmente ahora con la apertura de la venta de baja tensión normal (BTN).

Sodesa, Unión Fenosa, Enel Viesgo e Iberdrola han adoptado la táctica de 'esperar y ver' para sopesar su entrada en el nuevo negocio
La apertura del mercado eléctrico de baja tensión portugués rompe el monopolio de EDP, pero la competencia todavía tardará en llegar

En teoría, la apertura del mercado electrico portugués supone el fin del monopolio de Electricidade de Portugal (EDP): seis millones de clientes (domésticos, comercios, hoteles...) podrían cambiar ahora mismo de compañía eléctrica. El problema es que, de momento, apenas van a encontrar ofertas. Las cuatro empresas que pueden disputar a EDP la venta de BTN parecen haber optado por esperar y ver. Seguramente hasta 2007 nadie va a moverse en serio, aunque todas se declaran formalmente "en fase de estudio" y la más agresiva, Sodesa, el gran rival de EDP con un 33% del mercado ya liberalizado, ha anunciado que entrará enseguida en el sector empresarial (de potencia media) aunque no en el doméstico.

Iberdrola sugiere entre líneas que también podría empezar por ahí (comercios, hoteles...). Enel afirma que su expansión futura natural pasa por las casas portuguesas. Y Unión Fenosa, la tercera eléctrica española, ultima un estudio con la vista puesta en los empresarios que más consumen para entrar "lo más deprisa posible".

Pero todos ellos ven el mismo problema: la regulación de precios, el mecanismo intervencionista que separa de Europa a los dos Gobiernos ibéricos e impide a las eléctricas reflejar en las facturas el coste real de la energía al imponer un aumento máximo del IPC.

Tarifas caras

La regulación acabará en diciembre y lo hará convertida en la "empresa" más "competitiva" de todas: en Portugal ha generado un déficit tarifario de casi 500 millones de euros. Una minucia frente a los casi 5.000 millones que arrastran los consumidores españoles, pero un buen obstáculo para que las empresas se lancen con alegría al ruedo comercial.

Durante la última crisis energética, los costes de producción han subido un 14%, las tarifas de la luz han aumentado un 2,3%. Según datos de Eurostat del último enero, los portugueses pagan 14,1 euros más 5 de impuestos por cada 100 kilovatios/hora facturados; la media de la UE paga lo mismo por el consumo. Pero con 23,9 euros de impuestos.

Joaquim Pina Moura, presidente de Iberdrola Portugal, afirma que su empresa aún no ha tomado una decisión definitiva sobre su entrada en el mercado de BTN, aunque no descarta competir en ese segmento comercial.

La liberalización, explica Pina Moura, tiene dos caras. "Por un lado, el pasado 4 de septiembre es un símbolo: los consumidores pueden elegir. Por otro lado, las asimetrías tarifarias y regulatorias que definen todavía a los mercados portugués y español no permiten a las empresas competir con garantías en el nuevo mercado. Más bien las invitan a huir de los clientes. Mientras las tarifas sólo suban lo que aumenta la inflación y no reflejen todos los costes de producción, no habrá competencia real. Ni en España ni en Portugal. Las diferencias regulatorias lo distorsionan todo y favorecen falsamente a los clientes: ese déficit no lo pagará el Estado, ni las compañías. Lo pagarán los consumidores. Y con intereses".

Coincide con Pina Moura el consejero delegado de Endesa Portugal, Nuno Ribeiro da Silva, que cree que sólo a partir del próximo año podrá decirse si existen o no condiciones reales para concurrir en el mercado doméstico. Para Ribeiro, los factores decisivos serán la "actualización de las tarifas y los costos asociados al cambio de contrato", que todavía no se conocen.

Sodesa planea llegar al 20% del mercado en 2010 -y ya ha anunciado que invertirá 3.000 millones de euros en los próximos tres años-. Ribeiro da Silva resume así las dudas que plantea el sector doméstico. "De momento, no estamos activos porque no dominamos la complejidad del proceso, y no queremos dar un precio del que luego nos tengamos que arrepentir".

Ribeiro da Silva, que fue ministro de Energía, confía en que la política energética se vuelva por fin coherente. "Espero que, en 2007 el Gobierno no caiga otra vez en la tentación de controlar los precios. Sé que es incómodo asumirlo, pero la realidad es la que es: la luz tiene que costar más cara de lo que cuesta. Hemos estado varios años aguantando la ola con la barriga para ver si pasaba la ola. Hemos distorsionado los precios pero ya no tiene sentido seguir engañando al país. Cuanto más tardemos en volver a una lógica adulta, más se distorsionarán. Las empresas serán razonables y aumentarán las tarifas sólo lo imprescindible. Y los Gobiernos deben ser didácticos y enseñar a la gente a consumir con más racionalidad y responsabilidad".

Unión Fenosa asume esa filosofía, "ayudar a los clientes a consumir menos pero pagando los costes reales" como el lema de su estrategia actual. Alfonso González, director comercial, afirma que la intención "clara" es seguir en Portugal también con la Baja Tensión, aunque matiza que este primer trimestre será de "análisis exhaustivo de mercado".

Cuota de mercado

Fenosa empezará el 1 de octubre dirigiéndose al segmento de los clientes que más consumen, "los más altos de la BT". "Siempre hemos dicho que aspiramos al 15% de cuota del mercado ibérico y eso sigue vigente. Como hemos hecho últimamente en España, donde hemos ido renunciando a los clientes domésticos, nos vamos a centrar en las pymes". Sobre todo de servicios y hotelería, comenta González: "Tenemos ya colaboradores y bases de datos fiables para atacar bien ese mercado".

El ejecutivo de Unión Fenosa cree que en el sector doméstico el "hueco comercial es nulo", pero la compañía espera estar activa en ese sector ya en enero, "aunque el mercado no está para alegrías generalistas".

"Para que eso sea posible, se necesitan aún muchas decisiones políticas", añade González en referencia a la regulación. Quizá la más prudente de todas es la gigante italiana Enel, que ha informado a la Entidad Reguladora de los Servicios Energéticos (ERSE) que desea comercializar luz para clientes domésticos, pero sólo "en una fase posterior".

Así que tal vez los clientes portugueses van a ver la liberalización con cierto escepticismo. Un estudio de Deloitte ha señalado que la receptividad al cambio de distribuidor eléctrico es enorme: más de un 76% estaría listo para darse de baja, y lo haría deprisa si le ofrecieran precios mejores.

El problema, como señalan las asociaciones de consumidores, es que las ventajas de la liberalización se notarán quizá en la mejoría de los servicios y la diversificación de la oferta, pero difícilmente en las tarifas.

Quizá por eso, EDP, que tiene casi 10 millones de clientes entre Portugal, España y Brasil, y ostenta el 67% de la cuota del mercado ya liberalizado en Portugal, lanzó el 5 de septiembre una nueva estrategia basada en cinco puntos: economía, confort, proximidad, innovación y ambiente. Su producto Edp 5D va destinado al millón de clientes domésticos que contratan potencias medias (6,9 kilovatios). Luz más verde, más cercana, más flexible... Su presidente, António Mexia, ha dicho que a medida que vaya apareciendo más competencia, EDP irá lanzando más ofertas.

Joaquim Pina Moura, ministro portugués de Economía y Finanzas.
Joaquim Pina Moura, ministro portugués de Economía y Finanzas.AP

El Mibel: ¿mercado o mercadillo?

El presidente de Energías de Portugal, António Mexia, ha dicho estos días que no habrá "competencia efectiva" en España y Portugal hasta que el Mibel "esté en pleno funcionamiento" y se armonicen las regulaciones de ambos mercados. Pero, más de tres años después de nacer, el cacareado Mercado Ibérico de la Electricidad parece una mera promesa con un futuro oscuro. Según lo ve el presidente de Iberdrola, Joaquim Pina Moura, los déficit acarreados por las diferencias regulatorias y tarifarias en los dos países han llevado al mercado a una "situación insostenible": "Si en los dos lados se impusiera la racionalidad, la convergencia sería natural y sólo quedaría reforzar las conexiones. Pero si no se resuelven el problema tarifario y las asimetrías, el Mibel seguirá siendo lo que es ahora, un tratado y no un mercado".

Nuno Ribeiro da Silva, presidente de Endesa Portugal, cree que tal y como está hoy el mercado europeo el Mibel puede no llegar a existir nunca. "Cuando acabe el efecto tapón de la OPA de E.ON van a surgir otros movimientos de grandes grupos europeos que están esperando detrás de la puerta. Viendo la reacción de la Comisión Europea, no es difícil adivinar que va a seguir habiendo dinámicas muy agresivas de concentración. El Mibel nació en un contexto europeo más pacífico. Pero ahora las cosas han cambiado. España no contaba con que Endesa pudiera ser objetivo de los grandes europeos... La luz ha dejado de ser una cosa de vecinos".

El futuro, para Ribeiro da Silva, se parecerá bastante a un terremoto. "Habrá una gran reorganización. Los gigantes avanzarán inexorables, media docena de grandes grupos de luz y gas dominarán el mercado y por debajo habrá empresas regionales, por decirlo así, de segunda división, con participaciones más o menos cruzadas".

Según la gráfica opinión del ex ministro de Energía luso, el caso Endesa sentará doctrina; y así las cosas, "se hace muy difícil pensar cómo los cinco o seis sospechosos habituales hispano-portugueses podrían establecer su mercadillo en un rincón de Europa... Armonizar, sí; mucho más, no creo".

A Alfonso González, de Unión Fenosa, le cuesta más ser concluyente: "Muchos dicen que el futuro es la concentración. Es posible, pero hay que esperar. Ahora hay demasiado ruido, mucha rumorología. El Mibel nació con suficiente fuerza política para mantenerse. Yo creo en el Mibel. Es el mercado español con cinco millones más de clientes. Pero la Comisión Europea no tiene un rasero claro. Los proteccionismos deben evolucionar, el mercado ibérico también. De todos modos, hasta que España y Portugal no acaben con la regulación, nadie podrá hablar de un mercado realmente libre".

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