Los bloques se descomponen

Una de las conclusiones que se extrajeron de la votación de ayer es que se están descomponiendo los dos bloques originales de la Acadèmia, uno formado por 11 miembros a propuesta del PP (que incluye los cinco de consenso) y otro integrado por 10 académicos, designados por el PSPV (al que pertenecen los seis miembros del Institut Interuniversitari). Figueres obtuvo respaldos del bloque socialista y Palomero del bloque popular. El carácter secreto de la votación facilitó el trasvase. En realidad, ya hace tiempo que se cruzan los votos, en un síntoma de cierta normalidad en el funcionamiento de una institución que nació de un pacto político con el fin de resolver y sacar de la agenda política el conflicto lingüístico.

Las razones que explican el cambio de voto son muchas. Algunas tienen que ver con filias y fobias personales que se han ido cimentando durante las largas sesiones; otras obedecen a intereses personales de los académicos, y también las hay de orden programático y contenido intelectual.

Ayer, tanto Ascensión Figueres como Josep Palomero destacaron este hecho como un aspecto positivo de la marcha de la institución por cuanto es un índice de despolitización. Pero tampoco se puede hablar del fin de las consignas políticas. Ni mucho menos. De hecho, ayer funcionaron, al menos en determinados grupos más próximos al PSPV o al PP. "Me caes mejor, tú lo sabes, pero yo me debo a quien me debo", comentó un miembro de la Acadèmia a otro.

El portavoz del Consell, Vicente Rambla, expresó su deseo de que se llegue a un acuerdo "en favor de la estabilidad [de la Acadèmia]". En el seno del PP se contaba con la victoria de Figueres.

Con el empate de ayer el proceso electoral deberá empezar de nuevo. Se deberán presentar de nuevos los candidatos y una junta directiva. Se estima que en el plazo de un mes ya habrá nuevo presidente. O no.