Girona reivindica a Ramon Casas como cartelista y diseñador gráfico
"La obra cartelista de Ramon Casas había sido un poco menospreciada, por la exuberancia de su pintura", opina Daniel Giralt-Miracle, comisario de la exposición El cartellisme de Ramon Casas, que se exhibe hasta el 12 de noviembre en el centro cultural Caixa Girona-Fontana d'Or. Noventa obras - carteles, postales, anuncios, folletos, portadas de revista e ilustraciones para crónicas periodísticas- pretenden hacer justicia al talento creativo de Casas al margen de la paleta de pintor.
A diferencia de otras exposiciones recientes sobre el artista, la de Girona ofrece una visión más amplia de su faceta de pionero del cartelismo y el diseño gráfico. "El genio creativo de Casas radica en que fue el primero que no tuvo escrúpulos a la hora de poner su arte al servicio de las postales o los anuncios. Siempre miraba hacia el futuro", explica Giralt-Miracle. Considerado el gran pintor del modernismo catalán, Casas continuó la brecha abierta por creadores como Toulouse-Lautrec, según explica el comisario, "pero aportando su propio estilo". La exposición permite contemplar el arte de Casas al servicio de la publicidad de los cigarrillos, el cava o los espectáculos taurinos. Daniel Giralt-Miracle mantiene que los carteles taurinos de Casas, en los que no faltaban sus apreciadas damas con floreados mantones, ayudaron a la modernización de este tipo de creaciones e impulsaron la evolución de las empresas de artes gráficas.
La exhibición se divide en ocho ámbitos -algunos de los cuales toman título de las marcas que le hicieron encargos-: publicidad, toros, Anís del Mono, Pèl & Ploma, Codorniu, dibujos para carteles, portadas de revistas y postales. Giralt-Miracle recuerda que la mascota ideada por Casas para el Anís del Mono se ha convertido en la excelente imagen de empresa de un producto que continúa en el mercado: "En 1898 constituía una provocación. El mono fue anatemizado por la Iglesia y defendido por los evolucionistas".
También se ofrece un audiovisual sobre los dibujos que ilustraron las crónicas de Santiago Rusiñol para La Vanguardia bajo el epígrafe 'Desde el Molino'. La mayoría de las piezas expuestas proceden de colecciones privadas de Cataluña.
