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Reportaje:

Un pacto para vencer la desconfianza

El acuerdo alcanzado sobre Gibraltar crea expectativas entre los vecinos de uno y otro lado de la Verja

El acuerdo alcanzado sobre Gibraltar crea expectativas entre los vecinos de uno y otro lado de la Verja

Hace casi 40 años, Salomon Seruya, empresario y ex ministro de Gibraltar, publicó un artículo en The Times en el que abogaba por el uso conjunto del aeropuerto del Peñón, la flexibilización del paso fronterizo, la mejora de las comunicaciones y el aumento de los salarios de los españoles que trabajaban en Gibraltar. "Creí que me iba a morir sin verlo, porque yo he sido una voz discordante en Gibraltar durante muchos años, cuando nadie defendía las relaciones con España", asegura Seruya.

Este empresario, ministro de Turismo de Gibraltar entre 1956 y 1969, ha sido una de las personas que más ha reclamado el acercamiento entre los habitantes de uno y otro lado de la Verja, entre llanitos y españoles. Por eso, ahora, tras los acuerdos alcanzados el pasado lunes entre España, el Reino Unido y Gibraltar, es un hombre satisfecho.

Propietario de una cadena de perfumerías, Seruya se emociona al destacar que "este acuerdo está en gran parte basado" en el artículo que él publicó. También destaca la actitud de los negociadores. "El tesón y la valentía con la que han actuado los Gobiernos es para felicitarlos", afirma.

Seruya, como tantos otros que viven en el Peñón o en el Campo de Gibraltar, considera que a partir de ahora se abre el camino para poner fin a la desconfianza que hay entre vecinos tan cercanos. Y es que el acuerdo alcanzado el pasado lunes en Córdoba por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; el secretario de Estado británico para Asuntos Europeos, Geoff Hoon, y el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, tras dos años de negociaciones, han alimentado esperanzas en la zona, donde se habla de momento histórico.

El uso conjunto del aeropuerto del Peñón y la revalorización de las pensiones de los ex trabajadores españoles en Gibraltar, congeladas desde 1989, han sido los puntos del acuerdo mejor acogidos.

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Es el caso de Salvador Lorente, nacido hace 77 años en La Línea de la Concepción (Cádiz), quien trabajó más de dos décadas en una empresa gibraltareña. Lorente sonríe al conocer que ahora podrá cobrar el dinero, unos 6.000 euros, que se le adeuda por la congelación de las pensiones. "Lo único que no me gusta de lo que conozco del acuerdo es que no vamos a cobrar hasta abril", dice Lorente.

Antonio, trabajador de la construcción en La Línea, también cree que el principal punto del acuerdo es el de los pensionistas. "Para mí, que cobren los pensionistas es lo más importante". ¿Y el resto de puntos? "No podemos olvidar que esto es territorio español y así hay que contemplarlo", asegura Antonio, quien no olvida el histórico contencioso de la soberanía sobre el Peñón.

Entre los llanitos, Francis, taxista de Gibraltar, destaca la flexibilización del paso fronterizo y el uso conjunto del aeropuerto, factores que, según dice, van a potenciar el turismo en la zona, lo que favorecerá a su gremio. El taxista destaca que "las conversaciones están siendo beneficiosas para ambos lados y eso es bueno porque el gibraltareño no está en contra del uso conjunto del aeropuerto". "Eso si, nos oponemos a que en la terminal existan policías y guardias civiles españoles", apostilla.

Pese a las reticencias de unos y otros, la sensación de haber ganado más que perdido con el acuerdo es generalizada en la zona. Seruya cree que dos años de conversaciones que han acabado en un acuerdo no pueden acabar de golpe con un conflicto de tres siglos y que poco a poco estas reticencias se disiparán.

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