Los Ballvé y Permira se hacen con el 86,2% del capital de Telepizza

La batalla por Telepizza ya tiene vencedores. La familia Ballvé y el fondo de capital riesgo Permira han conseguido que acudieran a su oferta pública de adquisición (OPA) el 63,6% del capital de la empresa de comida rápida que junto con el porcentaje que ya controlaba la familia Ballvé alcanzan el 86,2% del capital y les da plenos poderes en la nueva etapa que comienza ahora.

Los nuevos dueños de Telepizza tuvieron que presentar en sobre cerrado el pasado mes de julio su oferta final de 3,21 euros por acción que mejoraba la que presentaron el grupo Zena y el grupo Ibersol. En el pasado mes de febrero los actuales ganadores ofrecieron a razón de 2,15 euros por título, pero las dos ofertas competidoras provocaron una pugna empresarial que llevó la acción a cotizar por encima de los tres euros.

A la oferta ha acudido Telefónica que contaba con el 4,33% del capital desde que decidiera entrar en la empresa de comida de pasta el anterior presidente presidente de Telefonía, Juan Villalonga. Eran los tiempos de la fiebre de Internet y el precio de la acción de Telepizza casi triplicaba el precio actual. Compró a 9,32 euros euros y vende a 3,21. Las pérdidas son de unos 65 millones de euros. Ahora los nuevos dueños quieren diseñar un nuevo plan de negocio y sacar la empresa de Bolsa. Los Ballvé y Permira van a invertir 75 millones de euros para expandir la empresa en España y Portugal olvidando otros mercados exteriores. El objetivo central es ampliar la red española de tiendas para poder instalarse en poblaciones de menos de 30.000 habitantes, ampliar la oferta de productos incorporando ensaladas y mejorar el reparto.

Uno de los ejes de la nueva estrategia comercial comercial es la apertura de un call center (centro telefónico) que organice y gestione los pedidos con más racionalidad. Se trata de resolver los cuellos de botella de las tres horas que van desde las 9 a las 12 de la noche de los fines de semana.

Telepizza, uno de los fenómenos empresariales más espectaculares de la década de los 80, fue pasto de la especulación bursátil y de la burbuja de Internet. Ahora ha entendido que aparte de estar en la masa, como dice su publicidad, el secreto está en una buena gestión que pasa por aumentar los ingresos reales y no inflar las expectativas.