"No soy un ídolo, soy hijo de pobres"
El delantero Frédéric Kanouté (Sainte Foy Les Lyon, Francia; 1977) es uno de los principales responsables de la impresionante trayectoria del Sevilla en los dos últimos cursos. El futbolista internacional por el país de origen de su padre, Malí, marcó la temporada pasada 14 goles entre la Liga, la Copa del Rey y la de la UEFA, ganada al Middlesbrough, y en la presente ya lleva cinco, repartidos entre la Supercopa europea, ganada al Barça, y la Liga. Pero su importancia va más allá de su quehacer en los terrenos de juego. Kanouté es un hombre de porte majestuoso y con una actitud que dignifica su profesión.
Pregunta. El Gobierno español está repatriando a centenares de inmigrantes ilegales, muchos compatriotas suyos. ¿Qué siente ante esta situación?
"Del fútbol se aprende mucho. Es una escuela de la vida, un punto de partida para adaptarte a mundos nuevos"
"No puedo ser moralista con los inmigrantes porque sufren una situación que no he vivido, la miseria"
"Los sevillistas sentimos que nadie puede ganarnos, aunque es peligroso porque no debemos conformarnos"
"Lo que intento es aprovechar mi condición de jugador del equipo nacional para hacer cosas por Malí"
Respuesta. Ninguna sorpresa. Es un sistema muy utilizado en Francia. Cada vez que vuelo desde allí hasta Malí, en los asientos del fondo del avión hay un maliense al que están expulsando del país y cada viaje tiene un retraso de al menos una hora porque la policía tiene que subir para calmar a la gente, que se rebela ante el tratamiento dado al repatriado: de delincuente, esposado, inmovilizado. Me entristece, pero no tengo la solución.
P. Usted pertenece a ambas culturas. Es un africano admirado por miles de europeos. ¿Qué le diría a quienes arriesgan sus vidas por llegar a Europa?
R. Yo nací en Francia. Mi padre llegó allí con 20 años para trabajar. Lo que yo no puedo ser es moralista con esa gente porque sufren una situación que yo nunca he vivido y que no es otra que la miseria. Lo que intento hacer es aprovechar mi condición de jugador del equipo nacional para hacer cosas en Malí.
P. ¿Con su organización de cooperación, Development Trust (www.kanoute.com)?
R. Sí. Hemos encontrado un terreno grande en el que vamos a empezar a construir un centro y escuelas para los niños con dificultades o huérfanos.
P. ¿Se volvió más sensible hacia estos temas cuando a los 20 años se convirtió al islam?
R. Todo el mundo tiene un corazón, independientemente de que sea musulmán, cristiano o de otra fe. En mi caso, es verdad que el islam me ha ayudado a desarrollar mis cualidades, a sentirme mejor y a tener equilibrio en mi vida y es cierto que el islam, como todas las religiones, te lleva a querer a tu hermano.
P. ¿Y cómo halla equilibrio en el fútbol?
R. Del fútbol se puede aprender mucho. Es una pequeña escuela de la vida. Hay muchas cosas positivas porque aprendes a vivir con personas diferentes y te puedes sentir bien con ellas, intercambiar experiencias... Es un buen punto de partida común para adaptarte a mundos nuevos. Yo me quedo con la relación con mis compañeros, con los esfuerzos que hay que hacer para los demás. Es una buena escuela de vida para mí.
P. Con la fuerza que tiene, con la cantidad de gente que arrastra, se podría hacer mucho más con el fútbol que mandar mensajes de riqueza...
R. El fútbol puede ser muy positivo porque es el deporte más popular en Europa, Latinoamérica y África. Pero eso depende de la conciencia de cada protagonista. Muchos dicen que no quieren hacer política, pero es que la política es parte del mundo. Los que dicen que no les interesa lo que pasa en África o Estados Unidos se sorprenden luego cuando les toca en la puerta de su casa. El mundo es una sola cosa.
P. Y los futbolistas podrían hacer más por el mundo.
R. El futbolista no es un ídolo, aunque se le vea así. Si se utiliza esa imagen para hacer algo positivo, la gente seguramente pensará: "Ok, es un hombre famoso, pero también es una persona sencilla, que se preocupa por lo mismo que nosotros, que también tiene una familia...". Porque en la mayoría de los casos, como en el mío, los futbolistas vienen de una familia humilde, de pobres, ya que es un deporte para la gente de clase humilde.
P. El mes pasado se tapó en dos ocasiones la publicidad de su camiseta por ser de una casa de juego por Internet. Después dio marcha atrás.
R. Está claro que esa publicidad nunca me va a convencer. Pero jamás dije que no iba a vestir la camiseta con la publicidad. Quería dejar claro lo que opino: que es algo que está prohibido en mi vida, en mi religión... He hablado con el club y estamos de acuerdo en que cuando protagonice algo a nivel personal no llevaré esa publicidad y sí lo haré cuando mi actuación forme parte del conjunto.
P. Puede que no se haya dado cuenta, pero su actuación estuvo muy cerca de abrir un debate sobre posibles choques entre la conciencia de los futbolistas y los intereses y las obligaciones económicas de sus clubes.
R. No lo hice para cambiar las cosas. Lo hice porque mi conciencia es contraria a llevar esa publicidad. La verdad es que mucha gente me ha felicitado y dado ánimos por mi postura.
P. ¿Qué hará cuando ya no sea un futbolista famoso?
R. Me quedan algunos años de fútbol: tengo 29. Pero veo el retiro bastante cerca. Estaré en Malí, en Francia o en otra parte, yo qué sé. Pero seguro que seguiré con mi fundación y dedicaré más de mi tiempo a todas las cosas que pueda hacer en ese campo.
P. ¿Cuál es el secreto de los éxitos del Sevilla?
R. El fútbol, a veces, depende de la confianza que tenga cada grupo en sí mismo. Ahora sentimos que nadie puede ganarnos, aunque es peligroso porque no debemos conformarnos con esta racha. La verdad es que tenemos un muy buen equipo.
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