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El patrimonio de una fundación gestionada por unas religiosas en Benidorm desaparece misteriosamente

Las Hermanas de la Doctrina Cristiana asumieron hace casi un siglo la gestión de un patrimonio de gran valor cedido por José Cortés Lloret y Ana María Roig a la población de Benidorm para "dar una educación cristiana, asistencial y social a las personas necesitadas". Ese patrimonio estaba conformado por 28 fincas repartidas por el término municipal, todo un tesoro que ha generado mucha riqueza tras la explosión urbanística de Benidorm.

Las fincas tenían que ser destinadas a ayudar "a las personas necesitadas". Sin embargo, la mayoría de estas fincas ya no pertenecen a la Fundación Cortés-Roig al haber sido vendidas. En el testamento, al que ha tenido acceso este periódico, el matrimonio fundó un establecimiento benéfico-docente llamado Hospital-Enseñanza de Nuestra Señora de los Dolores en 1921, con dos fines: "Atender completa y gratuitamente a los enfermos pobres, nacidos y vecinos de Benidorm", y ofrecer "enseñanza gratuita".

La Fundación Cortés-Roig cuenta en la actualidad con dos parcelas en la ciudad, la principal de ellas en el centro, en la calle Pal, donde se encuentra el histórico colegio. En la avenida Severo Ochoa, en el Racó de Loix, se ubica el centro de educación infantil. Las hermanas aseguran haber sido víctimas del expolio y no las autoras de la venta. El destino del patrimonio cedido por el matrimonio Cortés-Roig es un tabú en la Fundación, y nadie sabe ni quiere hablar del asunto. En su defensa alegan que los descendientes de la familia aprovecharon momentos difíciles de la congregación para beneficiarse del vacío de poder y vender estas tierras.

Pocas personas quedan en la ciudad con la edad y el conocimiento suficiente para explicar lo que pasó en los años 30, aunque casi todos alaban la labor realizada por las Hermanas de la Caridad. El patronato de la Fundación se reúne de forma periódica, y a las reuniones suele asistir un concejal por delegación del alcalde, que normalmente es el de Educación, en este caso Antonio Pérez. Fuentes del Ayuntamiento aseguran que desconocen cualquier asunto turbio relacionado con el pasado de esta fundación, que "se ha adaptado a los tiempos modernos imponiendo cuotas por el cuidado a los ancianos y por la enseñanza de los niños". Por lo tanto, se está pagando, cuando según la intención inicial de los testadores no debería haber sido así. ¿Dónde están las fincas? ¿Quién se quedó con el dinero de su venta? ¿Las hermanas? ¿Los familiares? Todo es un misterio.

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