El jefe del grupo que atentó contra el metro de Tokio con gas sarín será ahorcado
El Tribunal Supremo japonés rechazó ayer la apelación y ratificó la condena de muerte del cerebro del ataque con el tóxico gas sarín, el 20 de marzo de 1995, en el metro de Tokio, Shoko Asahara, autoproclamado mesías de Aum Shinrikyo o secta de la Verdad Suprema. El ataque con ese veneno a convoyes del metro tokiota en hora punta es el acto terrorista más grave de la historia nipona, en el que murieron 12 personas y ocasionó lesiones, algunas de forma permanente, a 6.000. Las fotos de los cadáveres en los andenes del metro y de los soldados con máscaras antigás, conmocionaron a la sociedad y reveló la vulnerabilidad del país ante el terrorismo y el riesgo de las sectas apocalípticas. El sarín es 20 veces más letal que el cianuro. Lo desarrollaron, por primera vez, los nazis en la II Guerra Mundial, aunque no lo llegaron a usar.
Las sentencias del Supremo son inapelables por lo que Asahara, de 51 años y casi ciego, será ahorcado, condena que recibió en febrero de 2004 del Tribunal de Tokio que lo consideró el principal autor de 13 crímenes y del intento de otros en los que murieron 27 personas. La mayoría eran abogados de disidentes de la secta y otras personas que se defendieron legalmente contra los lavados de cerebro que efectúa el culto a sus miembros.
La condena a Asahara, cuyo nombre real es Chizuo Matsumoto, se suma a la dictada en agosto contra el segundo responsable del ataque, el químico Masami Tsuchiya, de 41 años. Un total de 189 miembros han sido juzgados y 13 de ellos han sido condenados. La defensa de Asahara había argumentado que era inocente e incapaz mentalmente de soportar un proceso judicial, por lo que solicitaron su suspensión.
La Verdad Suprema, rebautizada Aleph, asegura contar con más de 10.000 seguidores, pero según datos oficiales, sus adeptos no superan los 1.650 en Japón y los 300 en Rusia. En los registros de las instalaciones de la secta, al pie del monte Fuji, fueron hallados, tras el atentado, equipos de alta tecnología y sustancias peligrosas.
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