Regreso a las preguntas

En la presentación de los textos recogidos en este volumen, Ignacio Sotelo hace explícito su propósito de retomar el género del ensayo, un tipo de reflexión que se aleja tanto de la divulgación periodística como del tratado académico. A vueltas con España es así, en efecto, un ensayo; es decir, un conjunto de reflexiones sobre asuntos distintos aunque concomitantes que, siempre según el propósito declarado de Sotelo, aspira a inscribirse en la tradición que inaugura Montaigne, al que reconoce como una de sus fuentes de inspiración más permanentes. Por otra parte, es un ensayo que no sólo retoma un género cultivado en la mayor parte de las lenguas, sino que, además, lo hace reincidiendo en algunos de los temas y motivos que, como la política, la cultura o la relación con Europa, más atención despertaron entre los escritores e intelectuales españoles a lo largo del siglo XX. Al volver sobre ellos, Sotelo parece sugerir, de manera implícita, que se trata de auténticos e inexcusables núcleos de la reflexión intelectual sobre los que cada época tendría que ir generando sus propias respuestas.

De acuerdo con este plan

teamiento, volumen se abre con dos textos, uno sobre España y otro sobre Europa, que sirven para acotar el terreno en el que se desarrollará el resto de los capítulos. Por lo que se refiere al primero, Sotelo considera, siguiendo a Ranke, que la periodización de la historia es uno de los instrumentos básicos para dar sentido a los acontecimientos y, por lo tanto, para comprender la evolución del país. O, para decirlo en los términos acuñados a lo largo del siglo XX, para responder a la pregunta de qué es España. Sotelo propone una periodización de nuestra historia alternativa a la que hoy sigue vigente, y en la que la fecha de 1936 tendría una importancia decisiva. Hasta el punto de que la Guerra Civil constituiría "el tema principal al que ha de seguir dedicado el historiador de la España contemporánea", no tanto para desentrañar las causas del conflicto, "relativamente bien estudiadas", como para evaluar sus "efectos en los distintos ámbitos", donde "queda abundante tarea por hacer".

Por lo que se refiere a Europa, Sotelo sostiene que el "origen de lo europeo" se identifica con "lo cristiano", y de ahí extrae dos consecuencias. La primera es que la determinación del territorio que corresponde a Europa debería resolverse, en cada momento, atendiendo a "la presencia o no del cristianismo". La segunda es que habría que "partir del cristianismo para dar un contenido al concepto de Europa". Aunque, de inmediato, matiza: "El que cristiano y europeo hayan coincidido en el origen no quiere decir que lo sigan haciendo hoy, o que haya que recuperar esta identidad para ser cabalmente europeos, como ha propuesto el Papa polaco". El énfasis en el papel que habría desempeñado el cristianismo en la configuración de la idea europea conduce, por otro lado, a algunas observaciones originales, de remota raíz weberiana, como la de considerar la "paulatina desaparición de la antigua animosidad entre el mundo católico y protestante" como "uno de los fenómenos de mayor trascendencia ocurridos en Europa durante los últimos cuarenta años", o la de sugerir que las vías hacia la secularización -uno de los rasgos más genuinamente europeos- dependió en gran medida del tipo de cristianismo que se practicaba en cada país. Para Sotelo, Europa se encontraría en la posmodernidad, concepto que, en su interpretación, alude al fin del cristianismo, a "una interpretación del mundo consecuentemente atea".

Sobre las coordenadas que

fijan estos dos textos, A vueltas con España aborda un conjunto de materias relacionadas con la cultura y la tarea intelectual, y que van desde el español como lengua apta para la filosofía hasta la glosa de algunas figuras del interior, como Aranguren y Laín Entralgo, pasando por un análisis de la universidad española o una reflexión sobre el intelectual como moralista y como heterodoxo. Junto a esta línea de reflexión, Sotelo aborda un análisis de la política en España, colocando como dos caras de una misma moneda acuñada en 1898, la cuestión catalana y las relaciones con Cuba. Aunque en capítulos separados, A vueltas con España incluye, además, un balance de las respectivas labores de gobierno de Felipe González y de José María Aznar, intentando distinguir en uno y otro caso los aciertos de los errores.

Con este ensayo, Ignacio Sotelo consigue sin duda lo que se propone: repensar las preguntas que ocuparon a los escritores e intelectuales españoles durante más de un siglo. Pero como el propio Sotelo señala con perspicacia, la principal dificultad a la que se enfrenta este ejercicio es que la sociedad española parece haberse desentendido de las respuestas porque, tal vez, las preguntas han caído en el olvido. De ahí el mérito de volver a plantearlas.