EA deja abierto el debate sobre la coalición con el PNV, que divide a su asamblea
La Asamblea Nacional de Eusko Alkartasuna, el máximo órgano entre congresos, se reunió ayer tarde en Vitoria, en una cita que no había concluido al cierre de esta edición, y fue escenario, según las fuentes informantes, de un vivo debate entre los partidarios de mantener en los comicios de 2007 la coalición electoral con el PNV y quienes apuestan por romperla.
El cónclave que tenía carácter informativo y no decisorio en este aspecto,
como estableció la ejecutiva nacional del partido en su reunión del pasado día 6 y
no iba a adoptar ayer, por tanto, decisión alguna al respecto. Ésta es una razón por la que los partidarios del pacto con el PNV consideran que el debate no está cerrado. Sin embargo, el desarrollo de la reunión de ayer evidenció, una vez más, que la cuestión sobre qué alianzas son más convenientes para Eusko Alkartasuna, una cuestión soterrada durante estos años gracias a su rentable colaboración con el PNV en todas las instituciones vascas, sigue siendo el asunto más polémico para la formación que dirige Begoña Errazti , hoy dividida en dos por este motivo.
Las sucesivas intervenciones de los compromisarios en la asamblea, en defensa de cada una de estas posiciones encontradas, fueron mostrando la profunda división en que se encuentra este partido sobre la estrategia a seguir en un futuro inmediato, marcado por la obligada recomposición del mapa político nacionalista tras la posible desaparición de ETA. Esta división ya se constató en la reunión de la ejecutiva que decidió sobre la política de alianzas, donde los partidarios de presentarse en solitario, encabezados por el secretario general, Unai Ziarreta, y el responsable de Organización, Rafael Larreina, ganaron por un sólo voto (diez contra nueve) a sus adversarios, entre ellos la propia Errazti.
Nafarroa Bai
Este apoyo tan equilibrado entre las dos posiciones motivó que ambos sectores acordasen después que esta asamblea, prevista en principio para ratificar la coalición nacionalista en Navarra (Nafarroa Bai), que había aprobado la dirección, tuviera sólo carácter informativo y no decisorio respecto al acuerdo con el PNV. Se trataba así de conocer las razones de los partidarios de cada parte y también atender a la exigencia de un debate expresada por las bases del partido.
Sí se voto, en cambio, el acuerdo sobre Nafarroa Bai.
El máximo órgano entre congresos puede adoptar una decisión contraria a la de la ejecutiva, aunque para ello necesite el aval de dos tercios de sus 150 compromisarios. Una nueva asamblea puede ser convocada si así lo solicita un tercio de sus integrantes. En este recurso confían los defensores de la alianza con el PNV, que aún confían en conseguir la difícil mayoría de más de 100 compromisarios para invertir la decisión de la ejecutiva.
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