Páramos
Hace años surgió la moda de eliminar los tranvías de las ciudades. Los alcaldes se liaron a levantar raíles y este medio público de transporte desapareció. No era moderno, se decía. El tráfico y contaminación han puesto de manifiesto que fue un error flagrante.
Otra moda fue la de construir scalextrics. Rara era la autoridad de cualquier ciudad que no presumía de tener el suyo. Pocos años bastaron para percibir que aquellos monstruos de hierro y hormigón rompían la estética de los barrios, sin tampoco solucionar el problema.
Actualmente, la moda está en talar árboles o sacarlos para ser replantados en las afueras, de forma que el vecino que quiera pasear bajo la sombra de una línea de ellos, tenga que hacerlo dentro del parque público oficial o salir en coche en busca de la arboleda trasplantada. Raro es el alcalde que no ordena diseñar el urbanismo de forma que no haya que talar cientos de ellos. Pasear hoy por las calles de muchas ciudades españolas es hacerlo por un páramo de ladrillo, cemento y asfalto. Sólo de vez en cuando se ve algún que otro árbol de tamaño pequeño ocupando el alcorque que dejó el viejo tronco trasplantado.
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