El Celta, el mejor en la fiesta del Nàstic
El Celta le aguó ayer la fiesta al Nàstic y le ganó sin demasiados problemas en el estreno del equipo grana en la máxima categoría ante su público, que llenó el Nou Estadi. De nada le sirvió al equipo catalán su desgaste en la línea de medios frente a un rival más experimentado, con un mejor control de juego. El Celta fue el equipo que dispuso de más y mejores ocasiones.
Después de la victoria por 0-1 en Montjuïc ante el Espanyol en la primera jornada, todo parecía posible ayer en Tarragona. Al menos para la afición grana, que recordaba el carácter de invicto de su equipo en casa desde el pasado mes de enero; en Segunda División, claro. Y la diferencia de categoría resultó ayer insalvable para un Nástic que, escaso de ideas en el último tercio de campo, dejó claro que la creación de oportunidades no va a ser su mejor virtud en este campeonato.
NÀSTIC 1- CELTA 2
Nàstic: Bizarri; Ruz, Matellán, Llera, David García; Campano (Ismael, m.65), Abel Buades, Juan, Manolo (Gil, m.54); Portillo y Pinilla (Makukula, m.54). Jugadores no utilizados: Rubén Pérez, Cáceres, Morales y Cuéllar.
Celta: Pinto; Contreras, Lequi, George Lucas (Jonathan, m.58), Ángel López; Oubiña, Canobbio; Nene, Pablo García (Placente, m.20), Gustavo López (Núñez, m.58); y Baiano. Jugadores no utilizados: Estaben, Tamas, Perera y Jorge Larena
Goles: 0-1. M. 48. Baiano. 1-1. M. 66. Portillo, de penalti. 1-2. M. 73: Nené.
Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Contreras, Ángel López, Canobbio y Nené.
Nou Estadi: 14.500 aficionados. Lleno.
El Celta no disparó hasta el minuto 29. Antes, el Nàstic había controlado el partido con una presión constante en campo contrario que el Celta fue igualando poco a poco hasta que, a la media hora de juego, los delanteros vigueses le sacaron los colores a la defensa grana. Nené, Gustavo López y Lucas trenzaron continuos contraataques que dieron el aviso de lo que vendría tras el descanso. Bizarri fue continuamente exigido, sobre todo en un disparo de Baiano al palo, mientras que los locales apretaron sobre todo en jugadas de estrategia.
Tras el descanso, el partido viró a favor del Celta. Un centro largo de Gustavo López, fácil para el portero, lo remató como pudo Baiano y la pelota entró despacio, botando como un balón de baloncesto, con el portero alejado. El ritmo del partido quedó entonces alterado por la grave lesión de Lucas. El Nàstic apretó entonces en busca del empate. El poder intimidatorio de Makukula y la virtuosidad del brasileño Gil le ayudaron a alcanzar el área y forzar un penalti que transformó Portillo. Al Celta, sin embargo, no le supuso demasiado esfuerzo alcanzar el segundo tanto. A la desesperada, el Nàstic intentó de nuevo la igualada, pero en esta ocasión no tuvo éxito. Un chasco después del sueño realizado de regresar a la Primera División del fútbol tras 56 años.
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