"Luis es el seleccionador ideal"

"Luis es el seleccionador ideal", repetía el portavoz de la federación, Jorge Carretero, en el avión de vuelta de Belfast a Madrid mientras el presidente, Ángel María Villar, reía a carcajadas ante las celebradas ocurrencias del delegado del equipo, Pedro Cortés. No hubo caras largas. La federación parecía digerir con naturalidad la derrota de España (3-2) ante Irlanda del Norte pese a que le complica la clasificación para la Eurocopa de Austria y Suiza 2008. Así, salvo sorpresa en la reunión de hoy de su junta directiva, pretende que Luis Aragonés siga en el banquillo al menos hasta el 7 de octubre. España visitará ese día a Suecia, su principal rival, junto a Dinamarca, para obtener una de las dos plazas en la fase final europea. Otra cosa sería que Luis se sintiera afectado por el peso de las encuestas, en las que la mayoría de la hinchada pide su dimisión, aunque se trata más bien de una presión con el mando a distancia: cuando los miembros de la expedición española aterrizaron a las seis de la mañana de ayer en el aeropuerto madrileño de Barajas, empleados y viajeros se les acercaron a saludarlos con el entusiasmo habitual. Sin un reproche. Tras los repetidos fracasos, la selección no sufre el acoso de los aficionados como sucede en los clubes con muchas expectativas.

Luis Aragonés, de 68 años, llegó a la selección el 18 de agosto de 2004. Fue un técnico de consenso entre las distintas familias del fútbol. Desde entonces ha ganado 18 partidos, ha empatado nueve y ha perdido dos. Pero dos muy significativos: la derrota ante Francia en los octavos de final del Mundial de Alemania y la del miércoles en Belfast. Los dos tests verdaderos para demostrar que el equipo sabía competir. Ese fue el gran reto que se lanzó Luis: enseñar a estos buenos futbolistas a competir. Es Luis el sexto seleccionador desde que Villar asumiera la presidencia de la federación, el 29 de julio de 1988, en sustitución de José Luis Roca. Acosado por diversas acusaciones de corrupción, este licenciado en derecho y ex jugador del Athletic, de 57 años, ha ganado cuatro reelecciones a la presidencia. En estos 18 años, Villar ha contado como entrenadores con Luis Suárez, Vicente Miera, Javier Clemente, José Antonio Camacho, Iñaki Sáez y Luis. Con parecidos resultados. Ninguno ha superado los cuartos de final de una gran competición.

España lo ha probado casi todo. Ha cambiado de estilos, de jugadores y de técnicos. Ha viajado con psicólogos -el profesor estadounidense Leonard Zaichkowsky, experto en alto rendimiento en la NBA, acompañó al cuadro a Alemania-. Incluso, con la ayuda de un entrenador de fútbol sala, Javier Lozano, en la Copa del Mundo de Japón y Corea 2002, a instancias de su amigo Camacho. España ha participado con los guerrilleros de Clemente y con los jugones de Luis. Ha permitido que los periodistas estén en el hotel de la selección, como en Estados Unidos 2004, y lo ha evitado. Nada.

En su aventura en la selección, Luis se ha rodeado de gente de su generación y de su confianza: José Armando Ufarte, compañero en su época de jugador en el Atlético, y Jesús Paredes, preparador físico y compadre en las mil batallas del técnico. También ha tratado en distintos momentos de que Michel, ex jugador del Madrid y ahora preparador del Castilla, entrara a formar parte del cuerpo técnico. Sin éxito. Luis pretendía que Michel dirigiera a la selección sub 21, actualmente a cargo de Sáez. Y que en el futuro, cuando él se retirase, fuera su sustituto.