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Reportaje:

Verano de perros en Dell

La compañia pierde un 36% de su valor por los malos resultados y la retirada masiva de baterías de sus portátiles

La pregunta cobra fuerza en Wall Street. ¿Cuánto tiempo más seguirá Kevin Rollins como consejero delegado en Dell? El mayor fabricante de ordenadores personales está pasando un verano de perros. A los malos resultados trimestrales se le sumó la retirada masiva de 4,1 millones de baterías que alimentan sus portátiles y la apertura de una investigación a sus prácticas contables por las autoridades bursátiles en EE UU. Y para remachar la faena, ha tirado la toalla en el negocio de los reproductores digitales de sonido.

Algunos analistas consideran que la empresa necesita un nuevo líder que revitalice su crecimiento, como hizo HP al despedir a Fiorina

Kevin Rollins capitanea la compañía informática desde hace dos años, en un despacho en Round Rock (Tejas) junto al presidente y fundador de la conocida marca de ordenadores, Michael Dell. Era el dúo perfecto hasta hace poco más de un año, el símbolo del éxito en una industria que sufrió de lleno el golpe del estallido de la burbuja tecnológica a finales de 2000. Hoy, el capital bursátil de la firma tejana es un 36% inferior al de hace un año, mientras que su rival Hewlett Packard (HP) ha ido recuperado en el mismo periodo el terreno y sus títulos se pagan ahora un 32% más.

Dell obtuvo un beneficio de 502 millones de dólares (unos 392 millones de euros) durante el segundo trimestre de 2006, tras facturar 14.094 millones de dólares (algo más de 11.000 millones de euros) en ese mismo periodo. El gigante informático vendió un 5% más que el año anterior, pero la guerra de precios que se vive en esta industria le tocó del lado de las ganancias, con una caída del 51% en el beneficio si se compara con los resultados del año precedente, porque los márgenes de rentabilidad son mucho menores. En paralelo, la compañía anunciaba que la Security and Exchange Commision (SEC), el organismo regulador de los mercados, estaba investigando los resultados de los últimos años para revisar sus prácticas contables.

Goldman Sachs considera que la agresiva estrategia de precios de Dell, que funcionó bien en el pasado, está pasando factura ahora del lado de los beneficios. "Su principal arma no funciona y la compañía necesita reposicionarse para ser más competitiva, un proceso que llevará meses", indican desde el poderoso banco de inversión. En la misma línea se pronuncia Bear Stearns. Morgan Stanley es más crítica, al decir que los problemas que sufre el modelo de negocio de Dell son mucho mayores de los que esperaba el propio fabricante, y dice que este cambio de estrategia llevará más tiempo y dinero de lo que lo que se estimaba.

Competencia de precios

Entretanto, Lenovo -la compañía que compró la división de PC de IBM- acaba de fichar a un ejecutivo procedente de Dell, y es el cuarto en apenas una semana. La empresa china, la tercera mayor del sector, incrementa de esta manera la presión mientras ve cómo su rival estadounidense pasa por el peor momento en estos años, entre otros motivos por la intensa competencia de precios en un mercado que parece pierde fuelle y donde ganar dinero es cada vez más difícil. El presidente ejecutivo de Lenovo, William Amelio, en su día trabajó precisamente en Dell.

Por si fuera poco, el pasado 17 de agosto Dell dejaba de vender el reproductor de sonido Ditty, cuando todavía no había cumplido un año desde su lanzamiento. La compañía no explicó por qué abandona ahora esta rama de su negocio, que tanto éxito ha aportado a su rival Apple a través de su dispositivo iPod. Pero es de sobra conocido que Dell quiere concentrar ahora su negocio en los ordenadores, impresoras y televisiones planas.

La decisión quedó eclipsada por el recambio masivo de las baterías de sus ordenadores portátiles por riesgo de incendio, la mayor retirada de un producto electrónico realizada en EE UU. Se teme que este contratiempo con las baterías fabricadas por Sony pase factura a la compañía durante la vuelta a los colegios, porque los estudiantes se verán obligados a buscar otras alternativas menos problemáticas, como los portátiles de HP, Toshiba o Sony. Otros analistas opinan, sin embargo, que si Dell es capaz de afrontar este incidente sin sobresaltos, la compañía será capaz de mejorar su imagen entre los consumidores, su punto más débil. De hecho, la tejana anunció recientemente una fuerte inversión de 115 millones de dólares para mejorar su servicio de atención al cliente y la contratación de más personal.

Dell cuenta en la actualidad con 75.100 empleados en 44 países. Rollins sigue viendo la situación con calma, a pesar de los últimos traspiés vividos durante el verano, y cree aún que hay potencial para alcanzar una facturación anual de 80.000 millones gracias a un incremento del 55% de las ventas fuera de EE UU. Pero Dell ya no le pone fecha a ese objetivo, que antes tenía en 2009. El año pasado ingresó 57.400 millones. En la escena internacional es segunda en ventas por detrás de HP. La previsión es que Dell cierre el año con 3.000 millones de beneficio.

Los analistas del sector, sin embargo, consideran que la compañía necesita un nuevo líder que revitalice su crecimiento, como hizo HP al despedir a Carly Fiorina en 2005 y fichar a Mark Hurd. Y algunos grandes inversores institucionales, como Fidelity Investments, Wellington Management u Oppenheimer Funds, ya están vendiendo sus participaciones. Dell responde a estas sugerencias que Kevin Rollins cuenta con el "pleno apoyo" del presidente y fundador del gigante tecnológico. "Llevan trabajando juntos desde 1996", explican desde la firma, desde donde aseguran que nada ha cambiado en la cabeza de Michael Dell.

El consejero delegado de Dell, Kevin Rollins, en una imagen de archivo.
El consejero delegado de Dell, Kevin Rollins, en una imagen de archivo.MANUEL ESCALERA

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