Todos contra Paradores
Grandes cadenas y uniones hoteleras especializadas compiten con el grupo público en el segmento de hoteles históricos
Hace años, un hotel lujoso, en un paraje singular y en un edificio monumental, era sinónimo de Paradores. Ya no; en los últimos años han salido nuevas cadenas y agrupaciones hoteleras a hacerle la competencia a la popular empresa estatal. Con nombres como Estancias de España, una agrupación de hoteles independientes; Hospederías Reales, una cadena privada de Castilla-La Mancha; Haciendas de España, de Arco Bodegas, y Hospes, participada por Alicia Koplowitz, se trata de nuevas marcas a las que habría que añadir las divisiones de hoteles históricos de empresas como AC Hoteles o NH.
AC Selection tiene 14 establecimientos y genera el 20% de la facturación del grupo en España: unos 40 millones de euros
Los hoteles singulares han conseguido dar valor a centenares de edificios abandonados en España. Familias, ayuntamientos o congregaciones religiosas han visto la posibilidad de dar uso a viejos caserones. Y evitar su ruina. De los nuevos proyectos, el más consolidado es el de Estancias de España. Creada en 1992 por nueve hoteleros que buscaban promocionar locales fuera de las rutas habituales, la agrupación tiene 57 hoteles, de entre tres y cinco estrellas, todos situados en conventos, castillos, palacios.... ¡Hasta en una plaza de toros!
Este modelo calca el de Paradores, con la salvedad de que en este caso no se trata de una cadena: "Son hoteles independientes gestionados en muchos casos por la familia propietaria del edificio", explica Juan Bosco Gimeno, director general de la agrupación.
Como los 91 Paradores, casi todos los hoteles de Estancias de España, que funciona también como central de reservas, están en zonas rurales, en sitios que hay que promocionar para que los clientes afluyan. "Al igual que a Paradores nos motiva el interés en recuperar el patrimonio histórico y crear oportunidades económicas en zonas deprimidas", continúa Gimeno, "tanto que un amigo me ha dicho que no somos hoteleros sino unos locos por las piedras".
Locos o no, su éxito les ha llevado a crear agrupaciones en México y Argentina y participan en la creación de Hoteles Históricos de Europa. A esta última pertenece también la cadena privada española Hosterías y Hospederías Reales, que tiene cinco hoteles-museo en sitios como Pastrana (Guadalajara) o Bakio (Vizcaya).
Bodegas para dormir
Un modelo similar es el de Haciendas de España, creada en 1999 por Arco Bodegas para diversificar su negocio principal, el de las bodegas. Su propietario, Víctor Redondo, parece haberse inspirado en los hoteles del vino de Francia. Si en los hoteles-museo se trata de promocionar el patrimonio histórico, en Haciendas el objetivo es que el huésped disfrute del ambiente de una bodega. A sus tres hoteles de Castilla y León (Duero), rodeados de viñas, se sumarán en breve tres en La Rioja.
Hospes, fundada en 2000 por el antiguo directivo de AC Hoteles Antonio Pérez Navarro y participada por Alicia Koplowitz y otros dos socios, es diferente. "No tenemos nada que ver con Paradores", subraya una portavoz. "Nuestros hoteles [seis], enfocados a las empresas además de a particulares, están en zonas céntricas de grandes ciudades". No buscan revivir épocas pasadas, sino que mezclan decoración vanguardista en un entorno arquitectónico histórico. La receta funciona, pues no paran de ganar premios internacionales, entre ellos, el de Condé Nast.
En esta cadena aseguran estar creando un nuevo tipo de hoteles. Y no admiten comparaciones con otras cadenas. Aplican precios más elevados -entre 200 y 400 euros por noche, cuando lo habitual en el segmento es entre 120 y 240 euros- y cuidan mucho el mercado internacional, del que viene el 60% de sus clientes. "Nos anunciamos en Financial Times y en Wallpaper, una revista de tendencias", concluyen.
En el sector creen que no ha sido casualidad que el fundador de Hospes provenga de AC, una de las cadenas, junto con NH, que más ha cuidado el segmento. Cansado de abrir hoteles convencionales cuando trabajaba en NH, Antonio Catalán fundó AC con el fin de crear una nueva línea en edificios singulares. AC Selection tiene 14 establecimientos en España y genera el 20% de la facturación del grupo, unos 40 millones de euros.
También NH cuenta con una decena de hoteles históricos (NH Colection), lo que supone el 12% de su planta en España.
El que existan tantos grupos interesados en este tipo de establecimientos no significa que sea fácil sacarles rentabilidad. Algunas de las nuevas cadenas aún buscan beneficios. Las dificultades son comunes a los hoteles urbanos y a los rurales, si bien son mayores en estos últimos. "Abrir un hotel en Las Hurdes o Santa Cruz de Mudela, donde no va nadie, es un gran esfuerzo", comenta Gimeno; "Hay que crear un destino, lo que obliga a mucha promoción". El directivo de Estancias de España afirma que estos hoteles "tardan en madurar cuatro o cinco años", frente a los dos habituales. Además suelen ser pequeños, lo que complica su rentabilidad.
Antoni Costa, presidente de Paradores, empresa pionera fundada en 1928, y que hace pocos años logró entrar en beneficios, coincide en lo difícil que resulta rentabilizar estos hoteles. "No sólo por la ubicación sino por los costes de rehabilitación del edificio. Abrir un hotel de este tipo es más caro por habitación que hacer uno nuevo". Costa explica que Paradores tarda unos dos años en recuperar y equipar un edificio hasta que lo abre. ¿Y el coste? "No baja de los 18 millones de euros (250.000 por habitación), sólo para la obra, sin contar decoración y equipamiento".
Peor rentabilidad
Catalán, que abrirá seis nuevos AC Selection hasta 2007, reconoce: "La rentabilidad es algo peor que la de los establecimientos convencionales, incluso en las ciudades, donde entre semana hay muchos ejecutivos como clientes".
En Hospes, que como AC tiene su departamento de arquitectos, diseñadores y decoradores, apuntan que estos hoteles exigen "un cuidado especial", que hace los proyectos más largos y más caros.
Por ello, hay que aguzar la imaginación comercial. Lo de menos, coinciden los consultados, es la compra del edificio. Además, cuando están en entornos rurales, sus propietarios, que suelen ser entidades públicas, no dudan en regalarlos con tal de que no se caigan. "Nosotros no los compramos", comenta Costa, de Paradores, "sus propietarios los ceden a Patrimonio. Aun así tenemos ahora una lista de más de 150 edificios singulares que nos han sido ofrecidos y que no vamos a utilizar, ya que de aquí a 2010 no vamos a abrir más que 10 unidades".
A Bosco Gimeno la posible pérdida de patrimonio histórico-arquitectónico en áreas rurales le inquieta. Cree que si es cierto que hay un boom de este tipo de hotelería "aún no alcanza los niveles habituales en Europa". Y aprovecha para lanzar, desde Estancias de España, que pretende doblar su cartera en los próximos años, un mensaje de aliento a los que quieran sumarse a la tendencia: "Tardan en salir a flote, pero acaban funcionando. Son el futuro".
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