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EL ENIGMA
Columna
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Si no les gustan tengo otros

Javier Sampedro

Lo mejor de un blog es la interacción permanente, como al tercer día, cuando el bloggy Juliano interactuó con aquello de: "Esto se está poniendo aburridillo, ¿no, Sampedro? Estiras demasiado algo que no tiene mucho interés y el número de posts baja alarmantemente. A ver si te lo curras un poco más, te lo digo de buen rollo, besos". Los besos de la interacción, que se llaman. Juliano se despidió después pidiendo que, si hacían el favor, que cambiaran al columnista horroroso ése, lo que volvió a sentar un modelo de interacción de mucho cuidado. Pero, ¿qué puedo yo decir a la que salgo por la puerta? Sólo diré: "Éstos han sido mis enigmas. Si no les han gustado, tengo otros".

Por ejemplo, ¿qué tienen en común la música y las ideas que te gustan? Vale, siento que te guste James Blunt, ha sido una grosería (pero habría que ver lo que piensa éste).

Otra: ¿Por qué los trozos de ADN más conservados de nuestro genoma, los que realmente no se han permitido ni una errata en 300 millones de años, son trozos de virus? Así, como suena. ¿Y por qué los genes de los virus no son descendientes evolutivos de los nuestros, sino al revés?

¿No será que nosotros somos una enfermedad de los virus?

De ser así, ¿qué tipo de medicina piensan los virus aplicar para curarse, o al menos mejorar de sus síntomas?

No, no se vayan aún: ¿Cómo se puede cambiar el sentido de un capítulo con sólo insertar una frase? No vale una frase de Rafael Sánchez Ferlosio.

¿Y el sentido de una secuencia con sólo mover el ángulo de una toma?

¿Y el de una vida con sólo no abrir la portezuela mientras el semáforo está en rojo? Ah, ya se han dado cuenta de la trampa: las tres últimas preguntas eran la misma, y se respondieron en Madison hace años.

Una fácil: ¿Por qué hay algo en lugar de no haber nada? Piénsenlo: todas esas leyes de la naturaleza que hemos descubierto son maravillosas, pero no servirían de gran cosa escritas en un papel.

¿Se puede cometer un error grueso para tapar una fina trampa? ¿Quién lo puede haber hecho ya?

Y quizá la peor de todas: ¿A qué hora se cena aquí?

Y la más borde: ¿Para qué ha servido este blog? Yo me he divertido. Juliano, no. ¿Y usted?

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