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Crónica:CARTA DESDE HONG KONG
Crónica
Texto informativo con interpretación

La amenaza de la contaminación

Muchos de los turistas que este verano visitarán Hong Kong apenas podrán percibir el famoso perfil de los rascacielos que se asoman a la bahía. La contaminación del aire se ha convertido en un grave problema en la ex colonia británica, hasta el punto que, el año pasado, durante 50 de los 365 días la visibilidad se redujo a menos de un kilómetro.

La situación ha provocado la alarma ya que, según algunas encuestas recientes, ha comenzado a dañar a la economía: los operadores turísticos aseguran que uno de cada 10 viajeros se ve afectado por molestias respiratorias, y los directivos extranjeros empiezan a mostrar reticencias a instalarse en Hong Kong. Un estudio realizado por tres universidades locales estima que la polución provoca 2.000 muertes anuales en la ciudad. El informe afirma que la causa son las emisiones de las plantas energéticas, los coches y las fábricas, tanto propios como de la vecina provincia de Guangdong (Cantón), en China continental. Los activistas medioambientales culpan también a los autobuses, que utilizan motores diésel.

La contaminación del aire se ha convertido en un grave problema en la ex colonia británica

Para hacer frente al problema, Donald Tsang, jefe ejecutivo de la ex colonia, ha tomado varias medidas. Una: se ha quitado la pajarita; dos: se ha ido a ver a sus vecinos, y tres: se ha opuesto al ralentí.

¿La pajarita? Con temperaturas que rondan los 40º grados, Tsang ha instado a la población a que aligere su forma de vestir y ha dado ejemplo dejando en el armario la chaqueta y su tradicional complemento de mariposa. Espera con ello que los aparatos de aire acondicionado no tengan que trabajar a destajo, y, por consiguiente, ahorrar energía, que es generada en centrales térmicas de carbón.

¿Los vecinos? El masivo desarrollo industrial de la región del delta del río Perla, en Guangdong, es una de las principales fuentes de la contaminación en la ex colonia. Así que Tsang y su equipo cruzaron la frontera, y se fueron a hablar con sus dirigentes. Las dos regiones firmaron en 2002 un acuerdo para reducir hasta un 55% las emisiones de cuatro de los principales contaminantes -entre ellos, el dióxido de sulfuro- para el año 2010. Ahora están negociando la puesta en marcha de un sistema de comercio de emisiones, por el cual aquellas compañías que las mantengan por debajo de un cierto nivel podrán vender los derechos no utilizados a las empresas que superen sus propios límites.

¿El ralentí? Los ciudadanos de Hong Kong tendrán que apagar el motor de sus vehículos cuando estén parados o se arriesgarán a ser multados si las autoridades aprueban una legislación que está en estudio destinada a disminuir la polución. Sin embargo, antes de dar ningún paso, los expertos quieren analizar la efectividad de una campaña lanzada para que los conductores, de forma voluntaria, no dejen sus coches al ralentí.

Para la ex colonia, el objetivo, entre otros, es cumplir en 2009 con los estándares fijados por la Organización Mundial de la Salud en lo que respecta a la calidad del aire. Algo que, según la prensa local, será difícil de cumplir si no se toman medidas drásticas en el continente. Pekín dijo el pasado julio que invertirá 1,4 billones de yuanes (136.200 millones de euros) en protección medioambiental en los próximos cinco años para luchar contra la degradación del agua y del aire. Gran parte tendrá como destino Guangdong.

Una imagen de la isla de Hong Kong, con el cielo blanco por la contaminación.
Una imagen de la isla de Hong Kong, con el cielo blanco por la contaminación.EPA

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