El turismo sexual de Juan Echanove

En los últimos meses, el actor y flamante director escénico Juan Echanove (Madrid, 1961) se ha convertido en un experto en películas pornográficas. Ha sentido la necesidad profesional de adentrarse en la materia para poder comprender a Michel, el protagonista de la novela Plataforma, del francés Michel Houellebecq. Darle vida en escena es su reto inmediato, y lo asume a las órdenes del director Calixto Bieito, en un montaje que se estrenará mañana, en castellano, en el Festival de Edimburgo.

Encarnar a uno de los personajes "más difíciles" de su carrera, "un primo hermano de El cerdo", como lo define, inicialmente le causó reparos, pero Bieito le ha hecho perder el pudor. Echanove ha adquirido tal familiaridad con el género pornográfico que lo contempla ya casi con ojos de entomólogo. "He llegado a un punto en que me excita más una palabra de amor dicha con la entonación adecuada".

"Trabajar con un director como Bieito es una oportunidad que se presenta pocas veces", confiesa el actor

Echanove siente que está ante un momento especial en su carrera. "Trabajar con un director como Bieito es una oportunidad que se presenta pocas veces en la vida", confiesa el actor, quien acaba de estrenarse en la dirección teatral con Visitando al Sr. Green, de Jeff Baron. Tales eran sus deseos de actuar bajo sus órdenes que aceptó el proyecto al instante. Pero aún no había leído Plataforma, ni siquiera conocía a Michel Houellebecq. No sabía de la polémica despertada por el autor francés cuando, en 2001, vio la luz la que sería su tercera novela, protagonizada por un funcionario del Ministerio de Cultura francés desencantado de su trabajo y de la vida. Cínico y nihilista, el sexo rápido, de pago, le ofrece una válvula de escape, sin necesidad de enredarse en relaciones personales, y aprovecha una herencia de su padre para practicar turismo sexual, hasta que se enamora y cree, fugazmente, que existe una posibilidad de ser feliz. Un atentado de un grupo islamista radical echa al traste la relación. Unos comentarios sobre el islam pronunciados durante la promoción de la novela sentaron a Houellebecq en el banquillo por incitación al odio racial contra la fe islámica, acusación de la que fue absuelto. Cuando Echanove leyó la novela le entró el pánico. Confiesa que era incapaz de quebrantar la palabra dada a Focus, productora del montaje junto al Festival de Edimburgo, para participar en la obra y que estaba incómodo ante la idea de llevarlo adelante. "Sentí que soy absolutamente distinto al personaje de Michel, y rechazo el apocalipsis descrito por el autor en la novela", explica. Además, le invadieron las dudas derivadas de lo que denomina "el aura Bieito". Y la describe de un modo muy gráfico: "Cuando mis amigos se enteraban de que iba a trabajar con él, y además en Plataforma, me decían: 'Date por sodomizado en escena".

Sus peores temores se desvanecieron a medida que fue intercambiando puntos de vista con el director, y descubrió en Bieito "una gran capacidad romántica, como pocas veces he conocido", afirma. Echanove asegura que el montaje es "un gran poema acerca del amor y de la situación del ser humano en el mundo actual. De su carencia afectiva y su necesidad de cariño. Con esta obra, Bieito pide a la gente que haga el amor y que sea sincera en sus relaciones".

Poesía, sí, pero sin escatimar crudeza. "Creo que será una obra dura", admite. "En el escenario hay cosas necesarias y cosas superfluas. El teatro de Bieito puede ser rechazado o aceptado, pero nunca es superfluo. Tanto su trabajo como el mío consiste en que cualquier cosa que hagamos sea de verdad". Respecto a las sensibilidades heridas por Houellebecq entre los islamistas, el actor cree que el escritor es crítico con todos los fanatismos religiosos.