Un deportivo moderno y carismático
Hay pocos modelos que identifiquen el espíritu y la tradición de una marca a lo largo de su historia. El XK es uno de ellos. Este deportivo de línea elegante y sensual es el icono de Jaguar, el heredero de los legendarios Type D y E que dominaron las 24 Horas de Le Mans a mediados del siglo pasado. La última entrega de un coche que se presentó en 1948 evoluciona sus atributos para posicionarse como un cupé exclusivo de tecnología avanzada que combina las prestaciones y el comportamiento de los mejores gran turismo (GT) con el refinamiento, equipamiento y confort de las berlinas más exquisitas. Este compromiso lo sitúa entre los purasangre de Porsche y Ferrari y los deportivos de Mercedes o BMW, de carácter más tranquilo. El inconveniente, como siempre en estos casos, es el precio, desde 89.000 euros, fuera del alcance de la mayoría de los compradores.
Línea de Aston Martin
El nuevo XK actualiza el estilo elegante y deportivo de Jaguar, pero aplica soluciones estéticas de Aston Martin aprovechando que ambas marcas pertenecen a Ford. La silueta mantiene las proporciones de los cupés, con el morro alargado y la zaga recortada, pero, al contrario que los superdeportivos radicales, presenta unos trazos suaves y armoniosos que buscan la elegancia y prescinde de adornos aerodinámicos y otros detalles inspirados en la competición.
El frontal integra la parrilla ovalada de la marca, y lleva los laterales redondeados para recoger unas ruedas de gran tamaño. En el lateral destacan las branquias, situadas detrás de las aletas delanteras, y sobre todo, el hombro que forma la zona superior de las aletas traseras, un detalle que ha definido siempre a Aston Martin. Y la zaga, refinada y musculosa, culmina una línea exquisita y sensual con mucho carácter y distinción.
Al margen de la estética, el XK aplica soluciones avanzadas como la carrocería de aluminio: sólo tiene un punto de soldadura, es un 30% más rígida que la del modelo anterior y reduce el peso en 100 kilos. Y la aerodinámica también se ha cuidado (CX: 0,33).
Más espacio y confort interior
El modelo de Jaguar es un deportivo de lujo que busca compatibilizar la deportividad y el confort para admitir un uso diario sin limitaciones. Estas premisas se reflejan en el interior, con unas plazas delanteras muy cómodas y con todas las regulaciones eléctricas (volante y asientos). Además, el aumento de la distancia entre los dos ejes ha permitido ampliar seis centímetros la longitud disponible delante; también tiene otros dos más de altura interior y tres más de anchura en la zona de los hombros. El resultado es un habitáculo que no agobia y con dos pequeñas plazas atrás para un apuro.
El diseño del salpicadero es algo simple, pero la presentación y los acabados están resueltos con clase y crean el ambiente elegante y exquisito que se espera de un deportivo de lujo. Y tanto la insonorización como las suspensiones completan un conjunto equilibrado para viajar con un confort y seguridad sobresalientes.
Motor V8 y dos carrocerías
El XK se vende con un motor 4.2 V8 (300 CV) y cambio automático secuencial de seis marchas. En noviembre llegará el XKR (420 CV). Se ofrecen dos carrocerías, Coupé y Convertible (descapotable), ambas con precios elevados, aunque incluyen un equipo de serie superior a lo habitual en sus rivales: seis airbags, ABS, ESP, climatizador, tapicería de cuero, navegador con DVD, faros bixenón, asientos eléctricos, sensores de lluvia y faros, radio-CD con cargador y MP3, y otros detalles. Además cuenta con opciones sofisticadas como la suspensión inteligente CATS (1.530 euros).
Conclusión
El XK es un coche deportivo singular con precios exclusivos que combina elegancia y deportividad en un envoltorio exquisito de gran personalidad. Ofrece un interior y unas suspensiones aptos y cómodos en el uso diario, y las prestaciones y el comportamiento eficaz de los mejores deportivos. Pero es un capricho demasiado caro.
TRADICIÓN Y MODERNIDAD
El interior del XK no tiene un diseño tan logrado como la carrocería, pero presenta un ambiente elegante y refinado que combina materiales clásicos, como cueros y maderas exquisitos, con otros más modernos, como el aluminio. El salpicadero y la consola central son sencillos y discretos, y aunque esta última integra la pantalla táctil del navegador en DVD, tiene detalles mejorables, como los mandos de la climatización, que no están a la altura del resto. En cambio, viene de serie con el sistema de apertura sin llave y arranque por botón, que permite conducirlo sin sacar el mando del bolsillo. Destacan las levas del cambio, situadas detrás del volante. Las butacas delanteras son amplias y muy cómodas, pero las traseras apenas sirven para niños, porque tienen un espacio mínimo para las piernas y unos respaldos muy rectos que penalizan mucho el confort. Sin embargo, refuerzan el sentido práctico del XK frente a otros biplazas estrictos en casos de apuro. Con el maletero sucede lo mismo, porque tiene 300 litros de capacidad y, aunque la altura es limitada, permite cargar sin agobios el equipaje de dos personas. La zaga es una de las zonas más sugerentes y mejor resueltas. El plano superior de las aletas, el diseño del parachoques y las dos salidas de escape crean un aspecto potente, deportivo y musculoso.
EL EQUIPAMIENTO SE PAGA
El XK8 es un deportivo caro y exclusivo, pero incluye un equipo de serie superior al de sus rivales, con tapicería de cuero, navegador, faros de xenón, asientos eléctricos, arranque por botón y todo lo habitual.El nuevo Jaguar cuesta el doble que un Brera 3.2 V6, la alternativa más asequible entre los cupés de este tipo. El Alfa incluye tracción 4×4, techo panorámico y siete airbags, pero su motor y prestaciones lo sitúan en un escalón inferior. El Mercedes CLK tiene una potencia similar y cuatro plazas utilizables, pero aunque sale 22.000 euros más barato, es mucho menos carismático. Y el BMW 650 es la alternativa más práctica, con cuatro plazas, pero cuesta 2.200 euros más y tiene una imagen menos estilizada y sugerente.El verdadero rival del XK es el Porsche 911, que cuesta casi lo mismo con un equipamiento menos generoso.
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