El hidrógeno gana autonomía

La marca japonesa trabaja con un depósito especial que almacena el hidrógeno a alta presión y aporta mayor autonomía, uno de los puntos flacos de estos modelos. Su prototipo X-Trail FCV de 2005 incrementa su radio de acción desde 350 kilómetros hasta más de 500 cuando utiliza esta solución. El depósito funciona con una presión de 70 MPa, frente a los 35 MPa del convencional, lo que permite almacenar un 30% más de hidrógeno en el mismo espacio.

El hidrógeno será el combustible del futuro. Los vehículos que funcionan con él no contaminan y sólo expulsan vapor de agua por el escape. Nissan, al igual que otras marcas (Honda, Mercedes, Toyota, BMW), ensaya desde hace años la tecnología. Los prototipos de todos estos fabricantes están muy avanzados, y la mayoría anuncian para 2010 sus primeros modelos de serie.

El lanzamiento se producirá en pequeñas tiradas, y, debido a su elevado precio actual (un millón de euros), es muy probable que en lugar de venderse se alquilen.

La reducción del peso es otro de los desafíos pendientes, aunque avanza también a buen ritmo: unos 100 kilos por año. El FCV de 2003 pesa 600 kilos más que un X-Trail con mecánica normal, pero en el FCV de 2005 la diferencia se ha reducido a 400. Los ingenieros de Nissan esperan lograr en 2010 que el FCV pese igual que un X-Trail diésel.

La potencia y las prestaciones son otros aspectos importantes, y están mejorando paralelamente al resto de características. Los modelos de hidrógeno se mueven con motores eléctricos, pero el corazón de su mecánica son las llamadas células de combustible, que se agrupan en el piso del coche y se ocupan de transformar el hidrógeno del depósito en electricidad. Las células del FCV 2005 rinden 122 CV (85 CV en el FCV 2003) y aportan unas prestaciones correctas: este prototipo acelera de 0 a 100 km/h. en unos 14 segundos y alcanza 150 km/h.