Presuntas estrategias
La tarde presentó un racimo de presuntas estrategias. A Morante de la Puebla le pareció que con torear con su gracia particular a uno de los toros de su lote, el público se quedaría boquiabierto. Así que a su primer toro permitió que el picador se lo dejara para el arrastre. Tomó los trastos de matar y puso de manifiesto que nadie tenía que contar con él. Dejó que el público adivinara que en el otro toro sería cuando destapara el tarro de sus esencias...
El Juli que vio eso, preparó su estrategia. En su toro, siguiente al de Morante, quiso que el picador levantara la vara, y para ello se encargó de hacer gestos ostentosos a su subalterno. Acto seguido el público ovacionó al torero y al picador. Como el toro tenía un pitón derecho de ensueño, El Juli se hinchó de dar muletazos largos, templados, ligados, mandones, abrochados por excelentes pases de pecho. Con la mano izquierda no dio un pase de calidad. Volvió a la otra mano. Como decimos, el toro por ese pitón hacía el avión; sólo le faltaba la hélice. Pero el toro era como para haberle cortado las dos orejas.
Pilar / Morente, Juli, Barrera
Toros de El Pilar, faltos de raza y fuerza; el 2º, excelente pitón; el 3º, devuelto y sustituido por un mal toro de Loreto Charro. Morante de la Puebla: bronca y pintos. El Juli: oreja y ovación. Antonio Barrera: ovación y silencio. Plaza de Vista Alegre, 23 de agosto. 5ª de feria. Cerca del lleno.
La estrategia de Antonio Barrera en sus dos toros consistió en hacer como que hacía sin hacer nada. En el último toro llegó a aburrir a los relojes. Estoy por decir que Cervantes escribió para la ocasión: "Por la calle del Ya voy se va a la casa de Nunca".
Lamentablemente la estrategia que guardó Morante para su segundo toro no funcionó, porque el animal no podía tenerse en pie, no podía ni con su alma. Quedaron en el aire algunos muletazos con aroma, más no pasaban de ser algo así como palomas con las alas rotas. Se suman a su deplorable disposición algunos lances bellísimos en cada uno de sus toros. Mucho se espera de Morante, incluso para testimoniarle lo que recordaba un gran poeta: "El arte llega más lejos que al sentido de la belleza". El poeta y los admiradores del torero siguen esperando.
El Juli no pudo con su segundo toro. Aquí de nada sirvió que ideara alguna estrategia supletoria.
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