_
_
_
_

La capital celebra cada año más de 3.000 congresos y convenciones

Un equipo municipal de 12 personas negocia las citas con varias temporadas de antelación

En Europa se juega una liga sin balón pero tan encarnizada como la Champions: las principales urbes del continente luchan con sus mejores armas para convencer a miles de organizaciones, instituciones y colectivos profesionales de que es esa ciudad, y no otra, la que deben elegir para celebrar sus congresos. Madrid lleva años en los puestos de cabeza de la carrera, y este verano, según el Ayuntamiento, ha roto todas las marcas: 10 grandes congresos entre junio y septiembre -incluido el Internacional de Matemáticos, que comienza hoy- reportarán a la capital 60 millones de euros. El año pasado se celebraron 3.500 "reuniones" (la mayoría, convenciones de empresas): casi 10 al día.

Doce trabajadores del Ayuntamiento -"¡Sólo 12! ¡Necesitamos más gente!", suspiran ellos- forman el Madrid Convention Bureau (MCB), el comité madrileño de los cazacongresos. Son 10 mujeres y dos hombres, expertos en turismo y relaciones públicas, cuyo trabajo consiste en ir por el mundo convenciendo al resto de mortales de las bondades de la capital española como sede de reuniones de cualquier clase: la mayoría son convenciones científicas y médicas, pero también las hay sobre infraestructuras, informática o egiptología.

Cada uno de esos congresos -que pueden reunir a sólo unas decenas de asistentes o a los 6.000 expertos en Alzheimer que se encontraron el mes pasado o los 5.000 matemáticos que discuten teoremas a partir de hoy- deja en Madrid mucho dinero. Las 10 grandes citas de este verano, 60 millones, según el gobierno municipal.

Y ese dinero es como el de la lotería del Niño, "muy repartido", cuenta Antonio Hernangómez, director adjunto del MCB. "Se lo llevan los hoteles, los restaurantes y las instalaciones en las que se celebra el congreso, pero también las tiendas de regalos, los bares de copas -porque los congresistas no se están quietos en el hotel-, el transporte público...", dice Hernangómez. Porque, según él, la mayoría de los participantes en las convenciones no se mueve en taxi sino en metro, a pesar de los exasperantes cortes de este verano en cinco de las 12 líneas de la red.

El trabajo de los 12 cazacongresos madrileños es una carrera de fondo que dura años, en dura liza diaria con los comités de otras grandes ciudades europeas y del resto del mundo. La sede del Congreso Internacional de Matemáticos empezó a pelearse hace seis años, y en estos días se dan los primeros pasos para lograr convenciones que no se celebrarán hasta 2013.

Como Juegos Olímpicos

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

"Esto es casi como la carrera por unos Juegos Olímpicos. Sólo que sin tanta publicidad", explica resignado el director del MCB. "Primero se toma contacto con las asociaciones organizadoras. Después, si les convencemos para ser ciudad candidata, nos dan dos o tres años para preparar un dossier completo, y van haciendo inspecciones sobre el terreno. Muchas ciudades se quedan en ese camino".

"Cuando, después de pasar todas las fases y superar todas las pruebas para acoger el Internacional de Matemáticos llegamos en 2002 a la criba final, en Pekín, y alguien abrió el sobre y dijo 'el congreso se celebrará en Madrid', para nosotros fue como lo de Singapur [ciudad en la que se decidió la sede de los Juegos de 2012]. ¡Con la diferencia de que ganamos! ¡Pero nadie se enteró! De todas formas, lo importante es que el congreso ya está aquí. Y ¿qué significa eso? Cuando termine, habrá otros 5.000 tíos contando maravillas de Madrid por el mundo. Además de ingresos, es promoción", sonríe Hernangómez.

Una vez elegida una ciudad como sede, "sólo un maremoto o una guerra puede abortar un congreso", sentencia el director del comité. Él notó "cierto resquemor" tras los atentados del 11-M, "aunque sólo entre los organizadores de convenciones de empresas, que son de menor dimensión y se deciden con meses de antelación". "Algunos las suspendieron. Pero aquello duró poco", dice. ¿Y la ciudad levantada en obras, no echa para atrás a los congresistas? "Ni mucho menos. Debe de ser hasta una atracción para muchos".

Vista aérea de los pabellones de IFEMA, en el parque ferial Juan Carlos I.
Vista aérea de los pabellones de IFEMA, en el parque ferial Juan Carlos I.RICARDO GUTIÉRREZ

Aeropuerto, metro... y jamón

Las razones para elegir Madrid, y no otra ciudad cualquiera, para organizar un congreso son de todo tipo: la cercanía del aeropuerto a la ciudad, sí; la red de transporte público, también. Y las instalaciones: 65.700 plazas hoteleras, dos palacios de congresos más los pabellones de Ifema... Pero hay atractivos con menos competencia en Europa y que resultan definitivos.

"Primero, la oferta cultural. Después, la vida nocturna. Y, claro, el clima y la comida. Hay muchos que se deciden por el menú", admite Antonio Hernangómez, director del Madrid Convention Bureau (MCB). "Porque lo fundamental de un congreso es el contenido de las conferencias, pero no es raro que la curva de asistencia sufra un bajón a partir del segundo día, y los congresistas que se quedan en Madrid salen, se divierten... Y ahí, un buen jamón, unas buenas tapas, tiran mucho".

Madrid está hoy en el número 12 de la lista de ciudades organizadoras de congresos, liderado por Viena. Se mantiene en el grupo de cabeza, aunque en los últimos años ha bajado escalones. "No es que nosotros vayamos a peor, al contrario. Pero es que hay muchas ciudades que se están incorporando al negocio: toda Europa del Este, por ejemplo", explica Ignacio Niño, coordinador general de la Concejalía de Economía, de la que depende el MCB.

Entre tanto congreso, a Hernangómez no le resulta difícil recordar el más raro. "Fue uno de especialistas en pólenes de hace no sé cuántos miles de años. Antes de pelear por él, yo pregunté: 'Pero ¿tiene eso alguna utilidad?'. Me convencieron de que sí. ¡Y vinieron 200 personas!".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_