Macarena

- 1995. El Dalai Lama proclama el onceavo Panchan Lama. Otro iluminado, Josep Lluis Núñez, presi del Barça, descarta fichar a Zidane, en tanto "es un señor muy mayor". Finaliza en un plis-plas la brutal guerra de Bosnia. Antes del fin se produce lo de Sbrenika, tan balcánico, tan queipodellánico. Cada semana, en Barcelona, se han hecho las manifestaciones más importantes de Europa a favor de una intervención internacional contra el genocidio en Bosnia. En Madrid, no. ¿La territorialidad local es la forma de leer lo global ya en esta época? En lo que es otra metáfora -de la Transi-, Solana es el secretario general de la OTAN, el primero en la galaxia que es autor de un texto titulado 50 razones para decir no a la OTAN. Los malos se cargan a Rabín, que hoy sigue muerto. Nace Windows 95, que envía al garete la cosa MS-dos e introduce el solitario, la perdición de tantos hogares y oficinas. Nace Google. Todo lo que existe está en Google, hasta el punto que alguien busca en Google a Roldán y Google lo remite a Tailandia. Por lo demás, las radios informan de que España se está desmoronando con el pacto PSOE-CiU. Pero tarda tanto en desmoronarse que la miras y no sabes si está a medio derruir o a medio construir. La canción del verano '95. La Macarena, de Los del Río.

- EL 'TECNO-LOLAILO'. Los del Río era un dúo de cantantes de la escuela del caracolillo en el pelo y mocasines sin calcetines, corriente estética en la que iban desembocando muchos políticos del bloque serbio local. Hasta la fecha llevaban cantando cantos regionales con la boca llena de dientes. Por lo que sé, se habían especializado en temas que ensalzaban la belleza racial, la toponimia y, puntualmente, alguna virgen. El pelotazo les llegó este año a través de Macarena, una melodía que se parecía tanto a Tengo una pena, de Desmadre 75 -grupo de cuando el franquismo-pop-, que, me dicen, levantó las sospechas de algún fiscal de la SGAE. El tema Macarena, sometido a ITV por un equipo de ingenieros, que lo desaldeanizó un tanto, fue a parar al mercado USA. En la convención demócrata de aquel año, Hillary Clinton & The Clintonettes lo bailaron mucho en las horas muertas. Es decir, a todas horas. Ese triunfo en el extranjero convirtió a Los del Río en héroes nacionales. Más en breve, durante el aznarato, cuando los palabros héroe y nacional pasaron a ocupar en la realidad el mismo espacio estelar y sugestivo que las palabras ay y uy en una peli guarri. En esa época, Los del Río, como la región de Murcia, tuvieron programa especial televisivo. No te digo más.

- EL NACIONALISMO. Los del Río, por otra parte, ilustran otra fenómeno local. En la incapacidad para opinar sobre la calidad de los productos culturales, es éxito, es la pera, es un producto español a revindicar, cualquier producto que reciba culto en el extranjero. Pasa con Javier Marías, con Vila-Matas, sí. Pero también con el último Almodóvar o con Los del Río. O con Aznar, que en cuatro días pagará varios millones de dólares por una medalla de Congreso USA, a ver si es reconocido exteriormente/interiormente forever.

- NO SÉ USTED. Tengo 30 tacos. Trabajo de periodista y mi novia de entonces, de miss venezolana. Soy feliz y la vida es redonda, como un anillo o la letra o. El triunfo de la derecha se avecina. La derecha en España es un misterio. ¿Se habrá hecho europea? Y, si es así, ¿de qué parte de Europa? ¿Serbia? Entre el periodismo progresista se detecta cierta defensa de la cohesión y la estabilidad, en este caso a través de cierta defensa del gobierno, ante el temor a la identidad de la derecha que viene. Yo opto por lo contrario. Si viene la derecha no será por mis críticas a un gobierno. Será por el gobierno, que lo deja a huevo, me digo. Añoro, snif, una catarsis democrática. Un fin definitivo de la cultura y mentalidad franquista. No creo que lo haga la derecha. No se ha producido tampoco con el PSOE, un periodo que se inició con Felipe en el Azor. Adenauer, supongo, jamás hubiera veraneado en el Nido de las Águilas. O catarsis, o veraneo gratis.