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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

África contemporánea

El folleto explicativo que acompaña esta exposición comienza así: "Resueltamente, escogimos crear una colección africana de arte contemporáneo y no una colección de arte contemporáneo africano". De lo que se trata es de una selección de alrededor de 70 obras de entre las más de 500 que componen el SD Observatorio, constituido por el congoleño Sindaka Dokolo. Y la declaración de intenciones citada nos da una primera pista sobre los dilemas inherentes a esta iniciativa. Esto es: cuestiones relativas a la identidad cultural africana, pero también a su pluralismo.

La complejidad del asunto se hace sintomática en el hecho de que, a juzgar por esta muestra (en donde, por cierto, predominan los angoleños y los surafricanos), no habría en toda África ningún artista relevante dedicado a la pintura contemporánea... salvo Miquel Barceló, aquí representado por su Noyau noir de 1999. Puesto que casi todo lo demás son vídeos, fotografías e instalaciones.

SD OBSERVATORIO

IVAM. Guillem de Castro, 118 Valencia

Hasta el 10 de septiembre

Entre los primeros destaca el del surafricano William Kentridge, el mayor y más conocido, un vídeo compuesto de dibujos alusivos a problemas de orden antropológico, político y social. La etíope Loulou Cherinet (1970) presenta un debate (White woman, 2002) entre inmigrantes africanos en Suecia, donde ella vive, mientras que la tangerina Mounir Fatmi (1970), desde París, nos ofrece el surrealista Festin (2003) de un saltamontes comedor de bolas de colores; y Tracey Rose (Durban, 1974), una especie de ballet subacuático de gente trajeada en una piscina (The Wailers, 2004). Las mejores fotografías son acaso las de Ndilo Mutima (Luanda, 1978), figuras sin sentido o espacios destrozados.

El resto son instalacio

nes, alguna incomprensible. Por ejemplo: las del nigeriano Odalélé Ajiboyé Bangboyé (1963), "arquitecto de tecnología de la información" y residente en Londres, juegan con ordenadores auténticos y clónicos, con viejos problemas relativos a la jerarquía que diferencia el original de la copia, pero también con imágenes vinculadas a la "teletransportación cuántica", dimensión esta que, francamente, se me escapa (de momento).

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