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LITERATURA

Günter Grass conservará el Nobel

El premio Nobel una vez otorgado es para siempre. Esto es lo que ayer vino a decir Michael Sohlman presidente de la Fundación Nobel como respuesta a las voces que exigen la retirada del premio otorgado en 1999 al escritor alemán Günter Grass. "La decisión, (de otorgar el premio) es definitiva y nunca ha ocurrido que se haya revocado", aclaró Sohlman, poniendo punto y final a la polémica sobre el Nobel desatada tras la confesión del escritor de haber pertenecido a la SS hitlerianas.

Sohlman hizo además memoria y recordó otros casos como el del líder palestino Yaser Arafat o el político israelí Simon Peres en los que el premio Nobel ha suscitado polémica. En ningún caso se ha retirado el galardón otorgado. También hizo mención al premio Nobel de la Paz de 1935 Carl von Ossietzy, que murió en un campo de concentración nazi. Hitler, apuntó Sohlman, quiso entonces prohibir a los alemanes recoger cualquier Nobel.

Más información
El documento que prueba que Grass perteneció a la SS es de acceso público desde hace años

El pueblo alemán parece estar de acuerdo con la Academia Sueca: el 87% considera que el escritor alemán debe conservar el galardón, según se desprende de la encuesta publicada en el semanario Stern. Sólo el 3% considera que debería devolver el premio.

El Consejo Judío de Alemania tampoco se ha quedado al margen de la controvertida polémica desatada por Grass. "El hecho de que esa tardía confesión se produzca a punto de aparecer su último libro hace suponer que es una medida publicitaria para la obra", afirmó la presidenta del Consejo, Charlotte Knobloch. La suya no es la única voz que, tras las declaraciones de Grass, apunta a los intereses promocionales de su nuevo libro de memorias, Beim Haeuten der Zwiebel (Pelando la cebolla). El viceportavoz del Gobierno, Christoph Stoelz, habló ayer de "decisión calculada" por parte del escritor y se abstuvo de hacer más declaraciones al respecto. El Gobierno alemán se abstiene por tanto de opinar.

No así el presidente de la Conferencia Episcopal, Karl Lehmann, quien ha declarado que las palabras de Grass llegan "bastante tarde", aunque subraya que un cristiano puede aceptar una confesión tardía.

Y es en esto del tiempo transcurrido hasta la confesión pública en lo que el semanario Der Spiegel no acaba de mostrarse de acuerdo. En su edición digital, esta publicación recuerda que ya había constancia en los archivos del oscuro pasado de Grass, pues el escritor había reconocido su pertenencia a las Waffen-SS cuando, entre mayo de 1945 y abril de 1946, fue prisionero de guerra de las tropas estadounidenses. Mientras, se anuncia la continuación de la polémica con la comparecencia de Grass en la televisión prevista para hoy.

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