El beneficio de Philip Morris en España se redujo en 2005 por las marcas baratas

La competencia de las marcas de cigarrillos baratos ha afectado a la cuenta de resultados de la filial española de Philip Morris, el gigante tabaquero estadounidense. Así lo reconoce el consejero delegado de la compañía, Jorge Barberá Durbán, en el informe de gestión correspondiente a 2005, donde afirma que el beneficio ha sido menor por "la situación que atraviesa el mercado por el desarrollo del segmento de cigarrillos de bajo precio". La propietaria de la marca Marlboro ganó 51,4 millones de euros el año pasado, un 2,56% menos que en el ejercicio anterior, según las cuentas anuales.

En el capítulo de ingresos, la cifra ascendió a 922,2 millones durante 2005, un 7,8% más que el año anterior. Casi la totalidad de este apartado (913 millones) procede de la venta de cigarrillos. La marca con mayor éxito español en el mercado de Philip Morris fue Marlboro, que supone el 58% de los cigarrillos que vende, seguida de Chesterfield y L&M.

Además de la competencia de las marcas baratas, Philip Morris también culpa del deterioro de su rentabilidad a la subida de impuestos de septiembre de 2005 que no repercutió al consumidor.

Philip Morris desató a comienzos de este año una guerra de precios como reacción a una subida de impuestos que, a su juicio, favorecía a las marcas baratas. Altadis tuvo que dar marcha atrás a su subida y el propio Gobierno se vio forzado a rectificar ante el riesgo de caída de recaudación y de un mayor consumo justo cuando entraba en vigor de la ley antitabaco al inicio del año. Barberá reconoce que dicha ley afectará de forma significativa al mercado y que ajustará a ella su estrategia comercial.