Cádiz redescubre Los Toruños

"No quedan plazas, tendrá que volver otro día". A las 8.50, el encargado del centro de recepción del parque de las marismas de los Toruños y pinar de la Algaida informa a quienes hacen cola que se han agotado las reservas para las paseos en piragua y vela del día siguiente. El éxito de las actividades organizadas en este enclave natural, situado entre El Puerto de Santa María y Puerto Real (Cádiz), ha superado cualquier previsión: pese a la reciente inauguración de las instalaciones, hace apenas un mes, el parque recibe una media de 500 visitantes diarios.

Turistas y vecinos han encontrado en este espacio un nuevo centro de diversión, una suerte de parque de atracciones integrado en la naturaleza que ofrece sus actividades gratuitamente: piragüismo, paseos en barco, rutas en bicicleta, o visitas guiadas en un tren neumático que recorre parte de las 1.000 hectáreas de pinares, dunas y playas que forman el parque.

La Bahía de Cádiz ha redescubierto Los Toruños después de que durante los años de gestión de la Mancomunidad de Municipios el parque permaneciera, por falta de recursos o de voluntad, en un práctico abandono. El sendero que se habilitó para paseos y rutas en bicicleta quedó impracticable hace años a causa de un incendio provocado en el puente que atravesaba el Río San Pedro, que cruza el parque, y desde entonces, la Mancomunidad se había despreocupado del terreno. Ahora, el parque es responsabilidad de la Consejería de Obras Públicas, que ha aprobado un plan quinquenal de actividades con un presupuesto de 11 millones de euros para revitalizar este enclave.

El programa debe concluir a finales de agosto, aunque la buena acogida obligará al director técnico del parque, Juan Martín, a replantearse sus intenciones. Los Toruños no quedará sin uso tras el verano. Además de los caminos para senderistas y bicicletas, hay previstas actividades para escolares y programas de educación ambiental para mostrar las peculiaridades de un ecosistema que cuenta con 50 especies vegetales y 90 aves diferentes, entre ellas, el chorlitejo y el charrancito, que son especies amenazadas.

El director del parque insiste en que las numerosas visitas que recibe el enclave no ponen en peligro la riqueza ambiental. Los recorridos diseñados cumplen las normas del Plan de Ordenación de Recursos Naturales de la Bahía de Cádiz, y no invaden las zonas de interés especial. "Son actividades de impacto nulo o incluso positivo, porque promovemos el conocimiento de la biodiversidad del entorno. Lo que no se conoce, no se valora", sostiene Martín.

Es precisamente esta vertiente educativa la que destaca Javier Ricoy, vecino de El Puerto y visitante del parque quien, a pesar de mostrar entusiasmo por la iniciativa de la Junta, tendrá que dejar para más adelante su paseo en velero. "Han suspendido por el viento, sopla muy fuerte", explica. Y es que en Los Toruños, los elementos naturales mandan.

Las salidas en piragua, por ejemplo, se rigen por los horarios de las mareas. Por eso, no se han ampliado los turnos, a pesar de la gran demanda de usuarios. Mario Calderón, uno de los monitores, asegura que nadie sale defraudado: "Sólo hay que tener más de diez años, por la fuerza física necesaria para mover la embarcación, y unas nociones básicas de cómo palear que damos antes de cada ruta. Aunque no lo hayan hecho nunca, es fácil: todos salen encantados". Al menos, todos los que madrugaron para coger plaza. El resto, tendrá que volver mañana.