Tomadura de pelo pública
En el año 2001, el Ministerio de Sanidad y Consumo, en un intento de reducir en lo posible las altas tasas de interinidad en el personal laboral gestionado por el Insalud en las diversas categorías profesionales que prestan sus servicios en el territorio nacional con competencias no transferidas a esa fecha en materia sanitaria, hace pública la convocatoria de una oferta pública de empleo de carácter extraordinario (OPE).
Cinco años después, la inmensa mayoría de los aspirantes a un puesto de trabajo estable tras muchos años de trabajo sigue sin ver resuelto el proceso, a lo largo del cual se han suscitado no pocas polémicas por la improvisación y falta de previsión que han sido la tónica dominante.
El sistema de solicitud de destinos para quienes han superado el proceso selectivo ha sido absolutamente delirante, consistiendo en cubrir a mano y uno a uno unos impresos interminables con una cantidad disparatada de códigos sumamente enrevesados de 11 caracteres cada uno. Dichos códigos serán leídos por un lector óptico y procesados por un sistema informático.
Sin embargo, en los impresos no se emplean las casillas pautadas usuales en estos casos, ni figura indicación alguna sobre la forma en que deberán ser escritos aquellos caracteres que por su morfología puedan inducir a error en la interpretación (forzosamente rígida) de una máquina. Con lo cual se abre la puerta a innumerables errores de lectura.
Los excluidos no saben la razón y sólo se suministra un número de teléfono de información que está permanentemente colapsado, con lo que se imposibilita cualquier reclamación. La alternativa: acudir a Madrid desde tu lugar de residencia y soportar colas kilométricas. Todo ello con el agravante de que se publican los listados en meses como julio y agosto, en los que una gran parte de los interesados se encuentra de vacaciones, lejos de su lugar de residencia.
El resultado de toda esta chapuza aflora ahora en la adjudicación de destinos de aquellas categorías profesionales con elevado número de aspirantes. Celadores: más de 1.000 excluidos sin destino. ATS: más de 5.000 excluidos (sobre un total de 6.100 plazas convocadas), etcétera.
A raíz de este escándalo, desde el ministerio se admite que el impreso de solicitud es "muy complicado". En cinco años no han tenido tiempo de advertir tal circunstancia. Como afectado, quiero denunciar públicamente esta situación, que no puedo calificar más que de fraude y tomadura de pelo. Pero ya se sabe: esto es España y aquí nunca pasa nada ni nadie asume responsabilidades.
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