Dos grandes incendios arrasan los montes en Toledo y Huesca
Un incendio de grandes dimensiones afectaba ayer por la noche a una zona forestal en el municipio toledano de Mohedas de la Jara. Las llamas se iniciaron a las dos de la tarde en la provincia de Cáceres y se fueron extendiendo por efecto del fuego hacia Toledo, según un portavoz de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha. También anoche, otro gran incendio arrasaba la comarca de la Llitera (Huesca), en el límite con Cataluña. Las llamas obligaron a desalojar el núcleo de Calasanz, en el que viven 50 vecinos.
Un amplio dispositivo se movilizó a Mohedas de la Jara. A última hora fue necesaria la evacuación completa del municipio de Puerto de San Vicente (600 vecinos) ante el riesgo de que las llamas calcinaran las viviendas. La superficie quemada se calculaba anoche en 2.500 hectáreas.
Nueve helicópteros (tres de Castilla-La Mancha y seis de Extremadura), tres hidroaviones y una aeronave de coordinación se emplearon a fondo hasta el anochecer para colaborar con los medios movilizados en tierra: seis dotaciones de máquinas pesadas de Castilla-La Mancha y Cáceres, 15 retenes terrestres, una brigada contra incendios forestales del Ministerio de Medio Ambiente y seis retenes helitransportados.
Desalojo en Calasanz
Una situación similar vivía la comarca de la Llitera, en Huesca, donde las cuadrillas terrestres tenían graves dificultades para moverse en una zona llena de humo y muy abrupta. El incendio se extendía por tramos de Aragón y Cataluña y a última hora de la noche había entrado en el término de Benabarre. Tras desalojar a los 50 vecinos de Calasanz, los equipos de rescate estaban en alerta por si hubiera que hacer lo mismo con los vecinos de Gabasa, Peralta de Calasanz y Purroy.
El incendio lo originó, a las 13.30, un vecino que realizaba tareas apícolas. El propio agricultor acudió a comunicarlo. El fuerte viento propagó las llamas con gran rapidez en tres frentes.
Dos de ellos pudieron ser controlados, pero el tercero se extendió por el abrupto barranco de Bariciella, donde es imposible el acceso de los medios terrestres. El fuego afectaba anoche a una zona de cultivo, encinar y pino de repoblación. Cataluña envió cuatro hidroaviones y tres helicópteros para reforzar el trabajo de los otros tres hidroaviones y cinco helicópteros que ya trabajaban en la zona apoyados por cuadrillas terrestres, dos bulldozer y ocho autobombas.
El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, partió de la ciudad de Huesca, que celebra sus fiestas patronales, para acudir al lugar del suceso. La sequía es extrema en esa parte de Aragón.
Según Alberto Conteras, director general de Medio Natural del Gobierno de Aragón, a las nueve de la noche habían ardido más de 1.200 hectáreas de encinas, carrascas, pinos y olivo. El incendio estaba descontrolado.
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