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Crónica:Fútbol
Crónica
Texto informativo con interpretación

Topetazo con la élite

El Manchester United golea al Sevilla gracias a una tremeda efectividad de cara al gol

El Sevilla llegó al césped de Old Trafford orgulloso de ser el equipo elegido por el Manchester United para disputar el partido de la presentación del conjunto inglés ante sus aficionados, acoquinado por tener que avalar su postulación a la élite europea y cansado tras una pretemporada en la que han chutado pelotas desde Japón a Huelva. Y todo eso se notó en el encuentro y, a la postre, en que éste se tornara en un toque de atención gordo.

De inicio, el conjunto andaluz padeció un ataque de parálisis. Y eso que las gradas de Old Trafford no estaban ni medio llenas ni rugían de la manera que suelen. El Manchester enseguida se dio cuenta de que las piernas que más dudas tenían eran las de David Castedo, y por allí percutieron del coreano Park a Saha o incluso Bardsley.

MANCHESTER UNITED 3 - SEVILLA 0

Manchester United: Van der Sar (Kuszczak, m. 46); Bardsley (Evra, m. 55), Brown, Silvestre, Heinze (Solskjaer, m. 55); Park, Scholes (Richardson, m. 73), O'Shea, Giggs (Jones, m. 75); Cristiano Ronaldo y Saha (Miller, m. 75).

Sevilla: Palop; Alves, Javi Navarro, Escudé, David (Dragutinovic, m. 46); Navas, Martí (Maresca, m. 46), Renato, Adriano (Puerta, m. 75); Kanouté (Kepa, m. 75) y Luis Fabiano (Chevantón, m. 46).

Goles: 1-0. M. 62. Saha bate a Palop tra un buen pase de Ronaldo desde la derecha. 2-0. M. 88. Renato desvía a gol un tiro directo de Ronaldo. 3-0. M. 92. Jones, desde fuera del área.

Árbitro: Phil Dowd (Inglaterra). Amonestó a Alves, Heinze y Javi Navarro.

Unos 10.000 espectadores en Old Trafford.

Probablemente esta goleada sea mejor regalo que la propia invitación a Old Trafford

El equipo no contaba con el mercurial Wayne Rooney, por lo que Ronaldo ejerció de enganche y, tal y como le sucediera con Portugal en el pasado Mundial, lo hizo mejor cuando se escoró a las bandas. Scholes y O'Shea ocupaban el medio centro aunque se notó que el pelirrojo sigue teniendo alma de mediapunta y el rapado piensa y chuta como un central. De hecho, sin pudor alguno le regalaron a los sevillistas varios metros de su legendario césped. Alves fue capaz en el minuto 13 de armar un buen tiro, que paró Van der Sar. Dos minutos después, Luis Fabiano no acertó a chutar un saque de falta de estrategia, retrasado, de Martí desde la derecha y, a los cuatro minutos, el propio brasileño erró de nuevo la posibilidad que le brindó un balón que le cayó del cielo cundo estaba en el borde del área pequeña.

El Manchester nacía de Scholes y éste estaba retrasado. Giggs decidió entonces romper por la banda, a su estilo, con esa carrera de paso corto que una vez fue imparable. En el minuto 33, el galés le hizo un ocho a todos los defensores que le salieron al paso y puso un precioso balón en el segundo palo que no llegó a rematar Saha.

En la segunda mitad, el Sevilla disfrutó de un engañoso control del encuentro. Maresca mejoró a Renato y Chevantón a Kanouté. Navas apareció pero no fue capaz de levantar ni un centímetro del suelo el balón en sus centros. Por parte del Manchester, la salida de Soljskaer envió a Ronaldo a la banda -y, de carambola, a Giggs al medio centro- y de ahí nació el primer gol. Un robo de balón en los tres cuartos, una apertura de libro a la banda y un centro medido del portugués acabaron con el balón en la red tras tocarla Saha con la puntera derecha.

Ese zarpazo desmadejó a los sevillistas, porque sabían que ellos no podían darlo, porque habían llegado a controlar el ritmo del juego duarnte muchos minutos pero nunca supieron encontrar el camino al gol, porque demasiadas veces acaban con un agujero como un océano entre los delanteros y los medios que los interiores no siempre resuelven.

Ayer, a dos semanas de la final de la Supercopa de Europa contra el Barcelona aprendieron que en la élite están los que juegan bien, pero sobre todo los que no perdonan. El Manchester sin hacer nada, pero nada del otro mundo, les metió tres. Y probablemente sea éste mejor regalo que la propia invitación a Old Trafford.

Alves trata de frenar al surcoreano Park.
Alves trata de frenar al surcoreano Park.REUTERS

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