Desencuentro a dos bandas

El delicado equilibrio que rige la política de los clubes de fútbol genera fórmulas jurídicas ambiguas que pueden dar lugar a desencuentros como el producido entre el Madrid y el Atlético por un canterano de 20 años que todavía sólo ha jugado unos minutos en Primera y se llama José Manuel Jurado. Si al presidente del Madrid, Ramón Calderón, se le rompe el teléfono móvil en California y queda temporalmente desconectado de las negociaciones, la situación se agrava. Jurado no es una estrella y, según algunos entrenadores que le han dirigido, "a veces no interpreta lo fácil". Sin embargo, su condición de talentoso en una cantera que parece exhausta lo convierte en un caso de relevancia social. Ayer en las oficinas del Bernabéu se discutía si el contrato por el que Jurado iría al Atlético es una cesión encubierta, como quiere Calderón, o un traspaso encubierto, como quiere el Atlético. Ante las dudas, cuando Calderón recuperó el móvil y supo lo que se terciaba, suspendió la operación hasta la semana que viene. El Atlético, que esperaba para hoy al media punta, deberá postergar su presentación hasta que Calderón firme los papeles.

El presidente madridista confía en que Jurado pueda irse a un club donde pueda jugar. Pero antes de firmar nada pretende reunirse con el director general rojiblanco, Miguel Ángel Gil. Temeroso de que los socios le vean como un dirigente que no da oportunidades a la cantera, Calderón ha pasado por alto su promesa electoral de no intervenir en las decisiones deportivas. Los dirigentes del Atlético también tienen urgencias políticas. No están dispuestos a presentarse ante sus socios con un contrato que ofrece servicios formativos a un jugador del club rival, sin más. Quieren asegurarse más derechos sobre el futbolista. Al conocer las pretensiones de Calderón, Miguel Ángel Gil se revolvió: "Hemos dejado cerrada la contratación de Jurado en todos los sentidos. Hemos cerrado una operación con la persona facultada para ello, que es Mijatovic".

Apretado entre dos frentes, el director deportivo madridista, Pedja Mijatovic, ha buscado una fórmula intermedia. Mijatovic no vio un mal negocio en firmar un traspaso al Atlético por tres millones de euros asegurándose una opción de recompra por cinco para el año que viene, teniendo en cuenta que Jurado cobra un millón por temporada y carece de experiencia. Según fuentes del Madrid, las cláusulas negociadas por Mijatovic serán básicamente respetadas. Pero Calderón quiere garantizarse ciertos derechos. Por ejemplo, evitar que dispute partidos contra el Madrid.

Ayer Jurado terminaba unos días de descanso en San Lúcar de Barrameda convencido de que hoy se presentaría ante los médicos del Atlético para la revisión médica. Jurado, que acaba de cumplir 20 años, busca una salida del Madrid desde que fue descartado por el técnico, Fabio Capello. Su representante, Manuel García Quilón, tiene gran influencia en el Atlético. Ayer se mostró indignado ante la postura de Calderón: "Si de verdad el Madrid le consideran muy bueno, como dice, debería darle un lugar en la primera plantilla. De lo contrario, no tiene sentido que no le dejen marcharse".

Desde la aparición de Casillas, en la temporada 1999-2000, la cantera del Madrid no ha producido un futbolista de jerarquía internacional. La sequía se prolonga y Jurado no es un cadete. Tiene talento pero también genera suspicacias. Debutó en Copa del Rey por obra de Vanderlei Luxemburgo. El Madrid quedó eliminado ante el Valladolid. Jurado ya sabe lo que es ser pitado en el Bernabéu. Pero se tiene fe. Sabe que en los últimos metros tiene visión. Maneja las dos piernas. Sus técnicos, sin embargo, le achacan algunos defectos: el primero, la discontinuidad. "Tiene mucha técnica", dice Capello. "Pero, como todos los jóvenes, tiene que madurar. La base es buena, pero hay mucho que hacer. Hay que ir piano piano".