Una espera de 113 carreras para 'Jet set' Button
Desde que debutara en la F-1 hace seis años, el piloto británico ha acumulado multitud de críticas por su ajetreada vida social
A los pies del podio del circuito de Hungaroring, el fornido excampeón de rallycross John Button se echó a llorar cuando su hijo Jenson (Frome, Inglaterra, 1980) le alzó el dedo pulgar de la mano derecha desde el escalón más privilegiado del cajón. Han sido muchas y muy duras las críticas vertidas sobre el corredor más precoz de la historia en sumar un punto en una carrera, y que ha acumulado una experiencia de 113 carreras antes de salir victorioso de un circuito. Button ha aguantado carros y carretas, entre escéptico y estoico, evidenciando su particular visión, más bien epicúrea, de la vida.
No es extraño que así sea: a los veinte años, además de ser un icono en su país, Jenson era ya multimillonario. El corredor se paseaba por Montecarlo, donde poseía un lujoso ático, o por los alrededores de su casa de Gran Bretaña, al volante de un Ferrari Modena. En el exclusivo puerto de la capital monegasca tenía amarrado el Little Missy: un aparatoso yate de 22 metros que, a su vez, sería uno de los principales focos de crítica de la prensa británica, que le llegó a bautizar con el apodo de Jet set Button. Le criticaban al veinteañero que se permitiera el lujo de dedicar demasiada atención a fiestas y saraos cuando las expectativas creadas por su trayectoria no tenían visos de confirmarse. A los nueve años ganó el British Kart Super Prix y el chico enlazó una prolífica carrera que lo llevó a imponerse consecutivamente en los siguientes cuatro años en todas las categorías del Campeonato Británico. En 1994 compaginó su participación en el campeonato británico de Kart con los campeonatos europeo e italiano. Al siguiente año fue campeón de las Series Italianas y, además, se convirtió en el piloto más joven en debutar en el Mundial de la Formula A Kart. En 1998 se pasó al campeonato británico y al europeo de la Fórmula Ford. Poco le faltó al joven, de entonces 18 años, para llevarse el doblete -ganó el campeonato británico y fue segundo en el europeo-. Al año siguiente acabó tercero en el Campeonato Británico de Fórmula 3 llevándose el galardón de rookie del año.
Entonces apareció en su vida el hombre que se encapricharía con él y le abriría las puertas de la F-1: Frank Williams. Descontento con el rendimiento de Alex Zanardi, uno de los dos pilotos de la escudería, Williams se deshizo del italiano indomable, como así se conocía al piloto, y en su lugar aposentó al jovencísimo Button, que debutó al lado de Ralf Schumacher en el Gran Premio de Australia del año 2000. Button se saltó de esta forma el escalón, casi ineludible, de la fórmula 3000, algo que sólo unos pocos elegidos [Senna, Piquet o Hakkinen], han eludido.
Tras su primer año en la elite, el novato acumuló un total de 12 puntos que le valieron para terminar el curso en octava posición. Al año siguiente y con contrato en vigor con Williams, Button se puso al volante de un Benetton. Y todo se torció. Estuvo dos años enrolado en el equipo Renault, junto a Giancarlo Fisichella y Jarno Trulli, pero los resultados fueron más bien decepcionates. Finalmente, la escudería gala decidió ofrecerle su volante a Fernando Alonso a inicios de 2003, y Button fichó por BAR Honda. Aquél primer año en la escudería japonesa acabaría por ser uno de los más difíciles de su carrera. A su más que discreta temporada -terminó noveno- se sumó el terrible accidente de Mónaco, en el que su vehículo se estrelló contra un muro a más de 300 kilómetros por hora. Sí difrutó en 2004: consiguió su primera pole en San Marino, terminó segundo en cuatro pruebas y tercero en otras seis.
Ocurrió entonces que, aquél mismo año, firmó dos contratos que debían devolverle a Williams, donde bajo el amparo de su mentor, debía correr los dos siguientes cursos. Incluso llegó a anunciar un fichaje que nunca se produciría porque BAR recurrió a los tribunales para retenerle. Lo consiguió. Y no sólo eso: preguntado personalmente por Frank Williams sobre sus deseos reales, Button contestó a su mentor: "Es verdad, no quiero regresar a Williams". Además del aspecto económico -Honda le ofreció 88 millones de dólares por cinco años mientras que Williams le ofrecía 16 millones por dos- la decisión de Button se cimentó en el aspecto técnico. Poco convencido estaba el británico de las garantías que los motores V8 de Cosworth le iban a ofrecer. Además, Honda le protege hasta el extremo de que Nick Fry, director de la escudería, consultó a Button sobre la contratación de Rubens Barrichello, actual compañero del británico, antes de incorporarlo al equipo.
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