Una mujer de 81 años, séptima víctima mortal en dos semanas por un golpe de calor en Cataluña
Las altas temperaturas han causado en dos semanas siete muertes en Cataluña. La última víctima ha sido una mujer de 81 años residente en Prats de Lluçanès (Osona), que ingresó el pasado 29 de julio en el Hospital General de Vic con un cuadro de hipertermia y discreta alteración mental, y que falleció el pasado 3 de agosto.
Las personas de más de 75 años son las más vulnerables al calor. Aunque también tienen que extremar las precauciones los que trabajan al aire libre y en espacios cerrados donde se registran temperaturas extremas, como hornos industriales y cocinas. En este sentido, los sindicatos piden a la Administración más medidas para evitar que estos profesionales sufran trastornos relacionados con las altas temperaturas.
El Departamento de Salud insiste en que no hay motivos para la alarma; mientras, las previsiones meteorológicas señalan que se producirá un ligero descenso de las temperaturas los próximos días. De las siete víctimas mortales que se han registrado estos días en Cataluña, cinco de ellas tenían más de 75 años.
Los mayores de 75 años son el colectivo con más riesgo de sufrir un golpe de calor, sobre todo si viven solos y disponen de pocos recursos económicos. Estas características las presentan unas 100.000 personas, de las cuales 1.200 son consideradas "muy frágiles". Por ello, son objeto de un seguimiento diario por personal sanitario, como explica Joan Salvatella, director del centro de salud Adrià de Barcelona. "A las que vienen habitualmente al centro las llamamos por teléfono y cuando acuden a visitarse les damos consejos y repartimos material gráfico", explica.
Las recomendaciones también llegan a los que, por enfermedad o problemas de movilidad, no pueden salir de su domicilio. Entre los principales consejos figuran los de vestir ropa ligera, procurar tener la casa bien ventilada y beber mucha agua. Salvatella asegura que hace unos años había un gran desconocimiento entre las personas mayores sobre los efectos de las altas temperaturas veraniegas. "El plan del Departamento de Salud para prevenir los efectos de la ola de calor lleva tres años en funcionamiento y ahora los pacientes están mejor informados", afirma.
Trabajar a pleno sol
Las personas mayores no son el único colectivo que debe extremar las precauciones ante las altas temperaturas. También lo tienen que hacer los discapacitados, los enfermos crónicos, quienes toman medicación psiquiátrica y los bebés. Y sobre todo, los que trabajan a pleno sol y realizan mucha actividad física. "Recibimos muchas consultas de gente que trabaja en la calle durante el verano", explica Elisabet Vives, responsable del servicio de atención telefónica del Departamento de Salud.
Albañiles, mensajeros, carteros, personal de limpieza y payeses, entre otros profesionales, deben extremar las precauciones estos días. Y también quienes trabajan en espacios cerrados con poca ventilación o donde se registran altas temperaturas. El Departamento de Trabajo ha editado un manual que explica a trabajadores y empresarios cómo evitar un golpe de calor y cuáles son sus síntomas.
Los sindicatos lamentan que las recomendaciones del Departamento de Salud no sean de obligado cumplimiento para los empresarios. "Las empresas no están por la labor y no evalúan los riesgos que pueden sufrir los empleados durante la jornada laboral", denuncia Pere Creus, del área de salud laboral del sindicato Comisiones Obreras.
"La legislación dice que en lugares cerrados donde se realicen trabajos sedentarios la temperatura debe ser de entre 15 y 24 grados", explica, pero no regula las condiciones laborales a pleno sol o en espacios cerrados donde se registran temperaturas extremas.
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