_
_
_
_
Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Envejecer

El problema de la tele, al contrario del cine, es que nació huérfana de teorías. Vale que después, cuando superó la adolescencia, los teóricos se ensañaron con la pantalla bastarda hasta convertirla en el pimpampum de todas sus apocalípticas y desfasadas teorías de tarima; porque al contrario del cine, los muy tardíos teóricos televisivos no sólo odiaban el medio sino que lo inculparon de todas las vilezas ideológicas de la era del consumo, lo cual impidió la normalidad catódica y su natural evolución a imagen y semejanza del cine.

Es que durante esta semana de guardia, a falta de novedades, eché de menos en mi zapeo por nuestras cadenas una teoría sobre el arte televisivo de envejecer, género del que el cine está sobrado y ha logrado reconvertir en toda una industria, la de la nostalgia, que ahora ocupa tanto espacio en la pantalla casera y no sólo en sus canales temáticos. ¿Cómo envejece la tele y más concretamente sus series míticas? ¿Existe aquí algo parecido al potente género de la nostalgia cinéfila?

A falta de teorías y sólo agarrado al mando a distancia, éstas son mis primeras conclusiones ante la oleada de reposiciones veraniegas. La primera regla es que aquí no hay reglas. El doctor Grissom de CSI (Las Vegas) sigue manteniendo el interés fuera de temporada a pesar de que en estos capítulos antiguos de Tele 5, luego del broche Tarantino, se le ve demasiado joven, inexperto y blandengue. Es lo mismo que le pasa al doctor Frasier, que todavía consigue hacernos sonreír aunque sepamos de memoria sus gags, y al doctor House, con sus antipáticas y archisabidas manías, o la enorme resistencia de las pandillas de Seinfeld, Friends, Sexo en Nueva York y, sobre todo, Los Simpson.

En cambio, y esto es muy curioso, no hay manera de soportar redifusiones de joyas como Los Soprano, A dos metros bajo tierra, El ala oeste y Perdidos; excuso decir Anatomía de Grey, 24 o Mujeres desesperadas. Vistas una vez, vistas para siempre. ¿Sería mucho pedir que nos teorizaran esta extraña regla televisiva sobre el envejecimiento en televisión?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_