Aguirre subastará en septiembre el mayor contrato de compra de trenes de metro

La mayor operación de compra de trenes en la historia del metro -698 coches que cuestan 1.100 millones- saldrá a licitación pública el próximo mes. La entidad que gane esa subasta formará una "sociedad instrumental" con los fabricantes de los trenes, y será esa sociedad la que compre los vagones y luego se los alquile a la Comunidad. En esta compleja operación de ingeniería financiera -que el Gobierno regional ha tenido que idear porque su nivel de deuda le impide comprar directamente los trenes-, Caja Madrid jugará un papel clave: la entidad (controlada por el PP) estará "obligada" a asumir toda la financiación si ningún banco acepta las condiciones de la subasta, según la Comunidad.

El organismo europeo Eurostat estableció hace un año que, si la empresa pública Mintra -encargada de financiar la ampliación del metro madrileño- seguía endeudándose, esas cantidades debían computar como deuda de la Comunidad de Madrid (hasta entonces no lo hacía). Ese cambio elevaba la deuda regional a 10.000 millones, por encima de los límites permitidos por la ley; así que, de facto, la decisión de Bruselas supuso la prohibición a Madrid de seguir endeudándose.

Con ese argumento explicó el Gobierno de Esperanza Aguirre la fórmula tomada para pagar la construcción del metronorte y del tren ligero a Pozuelo: son las empresas constructoras las que pagan, y luego cobran un alquiler a la Comunidad por el uso de los trenes y la gestión de la línea. Pero aún quedaba un problema por resolver: de dónde sacar el dinero para los 1.100 millones que cuestan los 689 trenes de última generación que circularán por las nuevas líneas de metro.

La solución adoptada por la Consejería de Transportes e Infraestructuras ha sido, de nuevo, la "externalización" de la operación: no comprará los trenes, los alquilará. En septiembre sacará a "subasta" ese megacontrato. No será un concurso público, pero tampoco una subasta "al uso", según la consejera Elvira Rodríguez, porque no bastará con presentar la oferta económica más baja: el Ejecutivo pondrá "condiciones muy precisas y favorables para la Comunidad" que los candidatos a hacerse con el negocio deberán cumplir.

Después, el ganador (o ganadores) de la subasta formará una "sociedad instrumental" con CAF y Ansaldo, que ya obtuvieron en su día el contrato de fabricación de los 698 trenes. Y será esa sociedad la que ponga los 1.100 millones, compre los vagones y luego se los alquile a la Comunidad durante 17 años, cobrándole un canon que incluirá el mantenimiento.

Elvira Rodríguez negó tajantemente que el Gobierno regional pensara adjudicar a dedo el negocio a Caja Madrid, sin mediar concurso, como publicaron ayer algunos medios. "La ley no nos obliga a convocar concurso porque esto es una operación financiera, pero, aun así, vamos a sacar el contrato a subasta, y todo el que quiera podrá presentar sus ofertas", aseguró.

Asesoría

No todos, sin embargo, concurrirán a esa subasta en las mismas condiciones. Caja Madrid ha asesorado a la Comunidad en esta operación, y el contrato de asesoría incluye una cláusula que, según Rodríguez, establece lo siguiente: si concurren a la subasta varias entidades, Caja Madrid tendrá derecho de tanteo: podrá igualar la mejor de las ofertas y lograr un tercio de la sociedad. Pero, en el caso de que no concurra nadie "porque ningún banco acepte las condiciones impuestas en la licitación", Caja Madrid estará "obligada" a hacerse cargo de la sociedad y de los 1.100 millones.

Según la consejera, eso no tendría por qué ser un negocio goloso para la caja, sino puede que todo lo contrario, dependiendo de cómo sean las condiciones del contrato. En ese caso, Rodríguez tampoco aclaró en función de qué podría obligarse a Caja Madrid a asumir un negocio ruinoso para ella. La Comunidad controla el 10% de la caja, y el PP tiene la mayoría del consejo de administración: cuenta con ocho puestos y sus alianzas le permiten controlar 14 de los 21 sillones. Ningún responsable de la caja quiso comentar ayer esta operación.