El desplome de un edificio en Alicante causa 12 heridos, dos de ellos muy graves

Doce personas resultaron ayer heridas, dos de extrema gravedad, al desplomarse ayer un edificio en Alicante por una explosión de gas. La deflagración se produjo sobre las 13.45 en la tercera y última planta del número 83 de la calle Cerdà, en el barrio de Los Ángeles. Los bomberos, que rescataron a los heridos, entre ellos un bebé de 22 meses que apenas sufrió daños, también evacuaron a los vecinos que quedaron atrapados. La explosión, cuyas causas aún se investigan, también afectó a tres inmuebles cercanos y provocó el desalojo de 18 edificios.

Un estruendo ensordecedor alteró la tranquilidad de los vecinos de Los Ángeles, un barrio popular y obrero del extrarradio de Alicante, cuando se disponían a ir a comer. Quienes salieron corriendo a la calle para ver lo que pasaba se toparon con los heridos, cubiertos de polvo y escombros y con cristales clavados en el cuerpo. "La explosión ha sido tremenda. Me ha recordado al atentado del hotel Bahía de hace tres años", aseguró Susana Zanza, una mujer de 35 años que volvía de hacer la compra a bordo de su Vespa cuando la onda expansiva la tiró al suelo.

Los comerciantes de la zona y sus clientes fueron los primeros en socorrer a las víctimas, algunas con crisis de ansiedad. Las ambulancias llegaron en apenas cinco minutos. Los bomberos, ayudados por un brazo mecánico, comenzaron a rescatar a los heridos y a los atrapados en las viviendas colindantes. La confusión era tal que uno de ellos, Marino Sánchez, tuvo que insistir para que la policía le dejara salir de la zona acordonada. Cuando se produjo la explosión se hallaba en casa de su madre junto con otros tres familiares, entre ellos su abuela de 93 años. "De repente ha saltado todo por los aires. Ha sido la explosión más grande que he oído en mi vida. Nos hemos librado", afirmó, todavía con el temblor en el cuerpo.

Los bomberos intentaban determinar anoche los motivos por los que se produjo la explosión, si fue por una bombona de butano o por una fuga en la instalación de gas ciudad. Los escombros causaron daños en un total de 14 vehículos estacionados en la calle. Anoche, al cierre de esta edición, aún quedaban 70 toneladas de escombros por retirar. Con los heridos ya evacuados, los bomberos se afanaron en comprobar que nadie había quedado sepultado bajo la montaña de escombros, ya que cuatro de los vecinos de los inmuebles afectados, entre ellos un niño de 14 años, seguían sin aparecer. Al cabo de unas dos horas, la policía local confirmó que todos habían sido ya localizados.

Los habitantes del piso en el que sucedió la explosión, un hombre de 32 años y una mujer de 25, fueron los que corrieron peor suerte. Sufrieron quemaduras en el 80% de su cuerpo y fueron trasladados al Hospital General de Alicante, donde también ingresó un hombre de 43 años que sufrió un traumatismo craneal grave y su hija, un bebé de 22 meses que resultó afectada por inhalación de gas, aunque de carácter leve. La subdelegada del Gobierno, Etelvina Andreu, informó de que ambos estaban dentro del edificio, pero el concejal de Seguridad de Alicante, Luis Concepción, sostuvo que el herido paseaba por la calle con la niña.

En el mismo centro hospitalario fueron atendidas otras tres personas, una de ellas por traumatismo en un ojo y dos con heridas leves que recibieron el alta a media tarde. El resto de heridos, todos ellos de escasa gravedad, ingresaron en el Hospital de Sant Joan. Tres fueron dados de alta por la tarde.

La explosión destruyó por completo el tercer piso del edificio y los dos inferiores se desplomaron sobre la planta baja. Únicamente quedó en pie la estructura. Uno de los inmuebles colindantes, el número 81, sólo conservaba la fachada y una parte del lateral. 18 edificios de la calle Cerdà fueron desalojadas de manera preventiva, aunque 24 vecinos de la finca siniestrada, de las dos colindantes y del edificio de enfrente no podrán volver a sus hogares hasta el lunes.