El Madrid no encuentra entrenador
El equipo de baloncesto se fija en Joan Plaza, su segundo técnico, después de que Aíto y Repesa rechazasen su oferta
En el Madrid de baloncesto están obsesionados con una palabra: proyecto. Y con una frase: falta de proyecto. Vlado Divac, presentado como máximo responsable del baloncesto durante la campaña electoral que llevó a Ramón Calderón a presidir el club, sigue desaparecido. No ha venido a Madrid desde la primera semana de julio. Dicen que está en Estados Unidos, atendiendo compromisos previos. Mientras tanto, el Madrid busca entrenador. Y no lo encuentra. Desde que el club despidió a Bozidar Maljkovic, el croata Repesa, el español Aíto García Reneses y el turco Mahmuti, todos ellos técnicos de fama internacional, han rechazado su oferta. Quedan 15 días para que empiece la pretemporada. Y el Madrid se plantea una solución de urgencia: que Joan Plaza, segundo entrenador del equipo, ascienda un peldaño y lo dirija.
"Está cerca", admiten fuentes del club. Cerca, pero no firmado. Precaución es la palabra clave. El club sondea todavía otras posibilidades. Y tiene muy en cuenta sus últimas desilusiones: Aíto, renovado como técnico del Joventut, prefirió continuar en el club verdiblanco y dirigirlo en la Euroliga, donde no participará el Madrid. Jasmin Repesa, seleccionador croata, prefirió continuar en la Lega italiana porque la normativa de la ACB impide que compagine su cargo como seleccionador y el Madrid. "Me debo a cinco millones de croatas", dijo. A Oktay Mahmuti no le ha querido liberar su club, el Efes Pilsen. Y por eso el Madrid se ha fijado en Plaza, que recientemente renovó su contrato por un año.
"Sería un paso más hacia la españolización del equipo", explican fuentes del club, que estudia confiar en Plaza para construir un proyecto radicalmente opuesto al que elaboró Maljkovic, el hombre que le fichó como su segundo, cargo que ya había desempeñado bajo las órdenes de Aíto y Manel Comas, ambos en el Joventut. "He venido a hacer el cum laude con Maljkovic", dijo Plaza cuando llegó al Madrid. "Espero que en un plazo de dos años eso me permita ser el primer entrenador y concretar lo que llevo detrás, porque llevo 28 años de entrenador", continuó. "De hecho, he enfocado casi toda mi vida personal y profesional a ser primer entrenador y quiero pensar que esta será la última oportunidad para adquirir la máxima experiencia posible", cerró.
Plaza, un hombre pegado a un portatil, un obseso de los datos y las estadísticas, conoció a Maljkovic durante un clinic de baloncesto impartido por el serbio. Nadie se atrevía a preguntarle nada. Y Plaza tomó la iniciativa. Desde entonces, Maljkovic lo tentó desde los banquillos de Limoges, Panathinaikos, París Saint Germain y Unicaja. Se reunieron en Madrid. Y ahora, curiosidades del destino, a Plaza le puede tocar desmontar el proyecto de su maestro: donde Maljkovic jugó con escoltas, el Madrid tendrá dos bases -Tunceri y Raúl López. Y donde Maljkovic se vio obligado por los cupos a contar con españoles, el nuevo Madrid apostará por ellos: ayer anunció la renovación por dos campañas de Hernández Sonseca, el lunes presentó una oferta ante la ACB por Mumbrú, del Joventut, y la semana pasada cerró el fichaje de Raúl López.
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