"Cada poema de Félix Grande tiene un color diferente"
Bocanegra, el gran inquisidor de Alatriste, la adaptación cinematográfica dirigida por Agustín Díaz Yanes, tiene rostro de mujer.
Blanca Portillo (Madrid, 1963) da vida al villano de las novelas del Capitán Alatriste, el antihéroe del Siglo de Oro, ex soldado en los tercios españoles y asesino a jornada completa. Meterse en la piel de un manipulador retorcido requería una caracterización específica. No revelaremos detalles, pero el cambio de imagen ha sido drástico.
Portillo es una mujer de teatro acostumbrada a los cambios de registro. Ha encarnado a la atribulada Carlota, una treintañera un poco irreflexiva, en la telecomedia 7 vidas (un papel que le dio la fama) y a la pueblerina Agustina, sufrida y enferma de cáncer, en Volver, de Pedro Almodóvar (un papel que ha confirmado su prestigio). Con tales antecedentes, acerar la mirada y torcer el gesto para dar aliento a un perseguidor de herejes no ha tenido que ser difícil.
Un compañero
La actriz acaba de trabajar con Milos Forman en Los fantasmas de Goya y actualmente está ensayando en Madrid la próxima película de Gracia Querejeta. No tiene mucho tiempo libre, pero si se fuera de vacaciones a un lugar cualquiera sabría con quién compartirlo. Poesía completa, de Félix Grande, un texto que considera más que un libro, un compañero. "Cada uno de sus poemas se me aparece renovado y fresco con cada lectura. Cada uno de sus poemas tiene un color diferente cada vez que lo vuelvo a leer. Es como si estuviera vivo, y caminara, mutándose, al mismo ritmo de mis pasos por el tiempo. Alimenta mi entusiasmo y me ayuda a entrar en el silencio... No podría prescindir de él".
Han sido 20 años de relecturas constantes. "Es mi libro de cabecera desde 1986. La poesía me fascina desde la adolescencia y en este libro, además de una exquisita belleza formal, encuentro sosiego, reflexión sobre la vida, sobre las emociones, reflexiones políticas, sociales... Tengo el libro lleno de anotaciones, de pensamientos...".
El oficio de actor
Su dedicación a la interpretación la sigue a todas partes, también en verano. Su película de cabecera: Opening night, de John Cassavetes. "Primero", explica, "porque tiene que ver con mi profesión. Es un análisis desgarrador, profundo y descarnado del mundo del actor, de su contacto con la vida, con las gentes que le rodean, de su mundo interior; del dolor que, en ocasiones, supone interpretar. Es un canto al actor, hecho por un actor, John Cassavetes, con una actriz espectacular, Gena Rowlands, en estado de gracia, que se pone a las órdenes de su propio marido, con el riesgo que eso supone, para mostrar, al desnudo, toda su inseguridad, sus miedos, su locura, su fragilidad..."
Según Portillo, este filme es un estímulo a replanteárselo todo. "No sólo es una magnífica película, es también un acto de generosidad y de compromiso por parte de quienes la hacen. Una película valiente, que me conmueve y que me hace cuestionarme a mí misma mi lugar y mi actitud frente a mi profesión. Imprescindible".
El sonido del trópico
"Me fascina la música brasileña, por su temperatura, su sensualidad... Caetano, además, tiene una voz prodigiosa y una sensibilidad exquisita a la hora de interpretar. Tiene, en todas sus canciones, algo de comprometido con lo que hace..."
A Portillo le gusta dejarse mecer por la sensualidad telúrica de la voz de Veloso. El cantante de Bahía que creó, junto a Gilberto Gil, Gal Costa, Tom Zé y Chico Buarque, el tropicalismo, la fértil conjunción de pop brasileño y rock and roll, la seduce una y otra vez. Veloso, para cualquier momento. "Es música para la alegría y para la tristeza, pero siempre conectada con la tierra, con lo básico... Me hace bailar, me hace llorar... Caetano es pura piel... y pura alma. Su música nunca me deja indiferente".
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