La música cubana y el flamenco toman la capital

Mandan Cuba y el flamenco en estos primeros días de agosto. En los incomparables jardines de Sabatini, el arte jondo lo ponen las gargantas de José Mercé, Chano Lobato, La Susi o Agustín Carbonell, que se entremezclarán con los bailes de Blanca del Rey e Inmaculada Ortega, además de esa unión de Lole Montoya con su hija Alba Molina. Repartida por la ciudad hay también mucha música cubana: Habana Abierta, Septeto Santiaguero y Reinaldo Creagh.

- Cubanía en Madrid. El verano propicia el baile lúbrico, y el son cubano es una de las músicas que mejor lo adecuan. Estos días hay mucha presencia de artistas de la isla caribeña en la ciudad, empezando hoy mismo, y mañana, por H.R.T., acrónimo de Hijos del Ritmo y la Tradición.

De mayor calado es la importancia de Reinaldo Creagh, histórico por sus años de cantante de la Vieja Trova Santiaguera. Viene a pasar dos noches en Clamores con una big band latina al estilo de las que popularizaron en los años cuarenta y cincuenta el cubano Beny Moré o el norteamericano Dizzy Gillespie. Su repertorio se centra en guarachas, boleros, sones, mambos y chachachás con el sonido característico de las orquestas cubanas anteriores a la revolución castrista.

Más reciente es el Septeto Santiaguero, muy conocido en Madrid por sus frecuentes visitas a la ciudad en los últimos años. De gira por Europa Central y el norte de África, el Septeto presenta en Madrid Los mangos bajitos, su reciente disco de estudio, grabado cuatro años después del exuberante directo Para los bailadores. El sabroso tumbao y montuno, que suena moderno aunque se basa en la tradición, está garantizado.

La otra banda en liza es Habana Abierta, formada en Madrid hace más de una década por jóvenes músicos habaneros que venían con la sabiduría aprendida de los ritmos de su país para mezclarlos con el rock y la canción de autor más propios de este lado del charco.

- Duende junto a Palacio. El escenario que se monta cada verano en los Jardines de Sabatini es un marco privilegiado. No hace falta poner decorado ni efectos especiales: detrás de cada artista que ahí actúa puede verse el palacio Real, majestuosamente iluminado. Sobrecoge intuir cómo pueden resultar en un lugar tan fascinante las actuaciones de José Mercé, Chano Lobato, La Susi, el ballet de Blanca del Rey, Inmaculada Ortega, Antonio Carbonell y Encarna Anillo programadas para esta semana en el ciclo flamenco de Los Veranos de la Villa.

Entre tanta garganta de raigambre y baile por derecho, llama la atención el anuncio de la unión de Lole Montoya -que en los setenta formó con Manuel Molina el célebre dúo de renovación flamenca Lole y Manuel- con su hija Alba Molina, muy conocida en los últimos años por formar parte del trío Las Niñas, célebres por Ojú, su alegato contra la guerra en clave de hip-hop y rhythm and blues andaluz.

También hay flamenco fuera de Sabatini, como en el Corral de la Morería, que anda de celebraciones de su 50º cumpleaños. Esta semana baila ahí María Juncal, mientras que en otro local cercano, Las Tablas, más reciente pero que ya ha conseguido su prestigio, concluye hoy el bailaor Nacho Blanco, para dar paso mañana a Miguel Cañas, que pasara ahí entero el mes de agosto.

La Banda del Aire y Lolaimon son otras actuaciones que tienen su punto de partida en el flamenco, aunque luego lo derivan hacía otras fusiones.

- Jazz y canción. Los nuevos cantautores aprovechan que los veteranos y consagrados andan de gira para ocupar los escenarios que dejan libres. Toni Miró, Juan Guillén, antes conocido como Juan Sinmiedo, Perro Flaco, Álvaro Vázquez, Patricia Durán, Salvador Amor y Ramón Cajón son algunos de ellos.

Mientras, el jazz sigue ocupando su circuito habitual. En el Central, por ejemplo, se presenta una cantante desconocida, Mavi Díaz, con una larga carrera detrás como maestra de canto y formaciones de rock argentino. En el Bogui Jazz pasa la semana entera Khasla / Heimer Trío, formado por el pianista Tony Heimer, el batería Nirankar Khasla y el contrabajista Héctor Rojo. El trío estará el martes acompañado por la cantante Velma Powell, y el viernes y el sábado por el trombonista Norman Hogue.

El Junco abandona su programación diaria para hacer todos los martes de agosto una jam session jazz, y todos los domingos otra de blues, con invitados sorpresa durante toda la noche.