El Grec consigue 1.000 espectadores más que en la pasada edición

El festival Grec continúa hasta el 5 de agosto, pero sus responsables hicieron ya ayer balance y los números muestran un aumento de público de un millar de espectadores (de 134.426 a 135.399). Borja Sitjà, el director de las últimas siete ediciones, que ayer se despidió del cargo -le sustituye Ricardo Szwarcer-, puntualizó que el aumento es superior de hecho, pues este año no ha habido conciertos del festival en el Poble Espanyol, recinto que congregó el año pasado a 22.000 espectadores.

El porcentaje medio de ocupación de los espacios del Grec ha sido de casi el 70%. Sitjà, que se manifestó "muy satisfecho" de esta edición -"la mejor de las que he hecho", dijo-, en especial por el nivel artístico, destacó la ocupación del Lliure y del Teatre Nacional de Catalunya (ambos con un 100%), la plaza del Rei (87%), el anfiteatro (71%), la Sala Beckett (60%) y el teatro Ovidi Montllor (66%).

La tendencia desde 2000, recordó Sitjà, ha sido compactar el festival, reduciendo espectáculos y espacios, para hacerlo de más calidad, más accesible y comprensible. Eso ha redundado, recalcó, en que la gente ya percibe el Grec como un auténtico festival, con un sello propio. El de este año "ha funcionado muy bien y demuestra que el modelo está consolidado". Sitjà afirmó que se marcha "con la satisfacción del deber cumplido" y recalcó que deja una muy buena herramienta cultural, "creativa e internacional", para la ciudad.

El concejal de Cultura, Carles Martí, señaló que los festivales que ha diseñado Sitjà componen un ciclo y configuran una etapa importante de la historia del Grec. Definió el de 2006 como el "colofón fantástico de una idea" y agradeció a Sitjà su servicio a la cultura de la ciudad.

Le correspondió a Jordi Martí, director del Instituto de Cultura municipal (Icub), hacer la despedida de Sitjà. Recordó la llegada al festival del director, su empeño en conseguir recursos y cómo fue llevando a cabo todas las reformas del Grec que se le habían pedido (énfasis en la creación, con acento en la local; cooperación con la iniciativa privada; mejora de la presencia internacional; concentración en tiempo y espacio, y articulación de un off Grec) traduciendo esas líneas en un proyecto propio. Se refirió a momentos especiales, como la noche de las toallas de 2002, cuando el propio Barishnykov, Sitjá y parte del público recogieron el agua caída en el escenario para que pudiera actuar el bailarín, y el solo de Alfonso Guerra en 2003.