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Iberdrola ensaya en Bilbao un contador electrónico que evita la lectura directa

El sistema, aplicado en mil hogares, permite tramitar las altas y bajas al momento

El control del consumo de electricidad de más de mil hogares del barrio bilbaíno de Miribilla ha dejado de ser manual. Desde el pasado año, un contador electrónico controla a distancia el suministro, gracias a un proyecto piloto de Iberdrola desarrollado en colaboración con la empresa vasca ZIV, dedicada al diseño y fabricación de sistemas digitales para distribución de electricidad. El sistema, con una tecnología pionera, permite conocer al momento el consumo de un hogar y tramitar también de manera inmediata las altas, bajas, cambios de potencia, los cortes o la reposición del suministro.

La compañía eléctrica pretende implantar estos contadores, también de manera experimental, en el Casco Viejo bilbaíno. Iberdrola empezó con el proyecto a finales de 2004 y lo ha desarrollado en tres portales del barrio de Miribilla. Otras compañías eléctricas de Italia y Suecia han realizado experiencias similares, pero la de Iberdrola es la única que se realiza a través del mismo cable de suministro eléctrico. En esos dos países europeos se utiliza también las señales de radio para el funcionamiento del contador electrónico. "Nosotros aprovechamos la línea eléctrica que hay. Utilizamos el cable para darle más funcionalidad mediante la tecnología PLC [Power Line Comunication]", explica Roberto Aurrekoetxea, responsable del proyecto.

Los contadores electrónicos suministran la información de manera directa a la sede de Iberdrola, con lo que se evita el desplazamiento de un trabajador para leer los aparatos tradicionales. "Las lecturas llegan por cable hasta una subestación y luego se transmite por una red interna de Iberdrola adonde estamos [la sede del barrio bilbaíno de Larraskitu, junto a la autopista A-8]". La elección de Miribilla no fue casual: se encuentra al lado de la sede de la empresa en Bilbao, lo que permitía acudir rápidamente para solventar cualquier fallo. Es, además, un barrio recién construido, con 3.000 nuevas viviendas levantadas en un antiguo emplazamiento minero.

En principio, el sistema se ideó sólo para la lectura del suministro, y desde el pasado año los 1.043 hogares reciben su factura basada en los datos del contador electrónico. Pero las funciones se han ido ampliando. Ahora, a través de él se pueden tramitar de manera inmediata las altas, bajas y cambios de potencia, los empleados de Iberdrola tienen la facultad de cortar o reponer el suministro al momento y se detecta cualquier fraude o manipulación del aparato. "Al cliente le da muchas ventajas. Ahora tenemos un plazo por ley de cinco días para instalar un contador. Con este sistema, dejamos los equipos preinstalados y, cuando el cliente llama para darse de alta, puede disponer inmediatamente del suministro", explica Aurrekoetxea.

Ajustar el consumo

Su utilidad no se detiene aquí. La compañía puede controlar el consumo máximo del cliente, de forma que, si no llega a la potencia contratada, podría reducirla y, por tanto, el coste. También informa al detalle de las horas de mayor o menor consumo, lo que puede ayudar al cliente a conseguir un mayor ahorro energético.

Iberdrola desarrolla el sistema también fuera de Euskadi. En la Plaza Mayor de Salamanca hay diez contadores electrónicos. La intención es implantarlo también en otras ciudades, como Madrid, Valencia o Valladolid. En el País Vasco, se pretende llevarlo a cabo en el Casco Viejo, una zona con redes antiguas. "Pero siempre con carácter experimental, porque los contadores son más caros", apunta Roberto Aurrekoetxea. La generalización de los contadores electrónicos requiere una regulación por parte del Gobierno central.

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