Se impone la volatilidad
Los inversores se muestran muy sensibles a todas las noticias
La volatilidad se ha impuesto en los mercados de valores bajo la influencia de la situación internacional y por las perspectivas de que se abra un paréntesis en el proceso de subida de los tipos de interés. Los desiguales resultados empresariales completan un panorama confuso para los inversores.
El comportamiento de los mercados de valores a lo largo de esta semana se ha ajustado a un confuso guión en el que han influído a partes iguales los altibajos del precio del petróleo, las declaraciones del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre un posible freno a la subida de los tipos de interés y unos resultados empresariales muy desiguales, lo que ha provocado una gran volatilidad.
El Ibex 35 consigue terminar la semana con una subida del 0,83% después de tres sesiones de descensos y dos de subidas, una de ellas la mayor del ejercicio. El Ibex Medium ha perdido en estos días el 0,18% y el Ibex Small Caps el 0,40%, lo que muestra claramente que el comportamiento de los inversores ha seguido unas pautas muy desiguales.
Para los analistas, la actual situación se define por la ausencia de una dirección concreta, algo que puede justificarse por los altibajos del precio del petróleo y por la situación internacional, en particular la del Mediterráneo oriental, aunque los mayores bandazos que han registrado los mercados se han debido a las declaraciones del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, en las que dijo que hay que esperar los efectos de las últimas subidas de los tipos de interés sobre la economía.
Los inversores interpretaron que puede haber un paréntesis en las subidas de los tipos de interés, al menos hasta conocer esos efectos de un dinero más caro sobre la evolución de la economía, lo que provocó fuertes subidas en unos mercados predispuestos a asumir sucesivas subidas de los tipos de interés, sobre todo después de que el Banco de Japón se decidiera a hacerlo en la semana anterior.
Algunos de los últimos indicadores de la economía de Estados Unidos han ofrecido una imagen de enfriamiento que los inversores ya habían recogido, pues no en vano el índice Dow Jones de valores industriales y el Standard & Poor's 500 se han situado algunos días en terreno negativo en lo que al conjunto del ejercicio se refiere.
En la eurozona las cosas no van mucho mejor, al menos para la economía alemana que, como consecuencia de la última subida del petróleo, ha visto cómo las expectativas se han desplomado en julio hasta los 15,1 puntos desde los 37,8 de junio.
Con este ambiente, las operaciones en la mayoría de los mercados de valores se han ajustado a plazos lo suficientemente cortos como para quedar atrapadas en la incertidumbre de los acontecimientos internacionales o por unos indicadores económicos que parecen demasiado irregulares.
