"La mejor vuelta de mi vida"
Sergio García reencuentra la chispa y hoy se juega, mano a mano, el título con Tiger Woods
Sergio García, vestido de un azul clarito tan pálido que parecía desteñido, saludaba a un fotógrafo japonés que le hacía reverencias. Levantaba el brazo señalando a alguien en las gradas, compartía chascarrillos de mesa camilla con los periodistas y chocaba las manos en diversos estilos juveniles con casi todos los que se cruzaba por el pasillo. La explicación a tanta expansividad en el ya de por sí extravertido jugador español se escondía en una frase de nueve palabras: "Posiblemente he hecho la mejor vuelta de mi carrera". Firmó una tarjeta inmaculada, sin fallos, de 65 golpes.
Hoy saldrá en el último partido junto a Woods, que sólo le aventaja en un golpe, en un mano a mano inédito desde su célebre irrupción en el mundo del golf en 1999, en el campeonato de la PGA norteamericana.
El castellonense reconoce con la boca pequeña que la falta de presión le beneficia
Entonces, se hizo famoso por su espontaneidad y por algún golpe grandioso. En Hoylake, con las nubes bajas sobre una pradera amodorrada por el calor, volvió a dejar dos estampas para recordar: un birdie en el hoyo dos gracias a un golpe muy lejano que entró directamente en el agujero, y una escapada prodigiosa desde el rough en el 11 que dejó la bola en el green.
García no contaba para nadie. Hace dos semanas se recuperaba en su pueblo, Borriol, entre la Serralada de les Palmes y la sierra de Moró de Castellón, de una dolencia en la espalda que le impidió pasar el corte del Open de Estados Unidos. Bueno, una dolencia en la espalda y un momento no muy afortunado de juego. Después canceló sus compromisos y se recluyó en su casa. Emergió en el Open escocés, la semana pasada, concluyendo en tercera posición. "Me he entrenado bien y he recuperado las buenas sensaciones", comentó con su inmaculado acento estadounidense.
El español reconoce con la boca pequeña que la falta de presión le ha beneficiado. Que, en consecuencia, la eterna esperanza de que ganase su primer grande desde su más que temprana aparición en el circuito, no le ha hecho ningún bien. En su momento, regresó a sus raíces, al cobijo de su padre, para enderezar un rumbo perdido. Ahora se refugia en los conjuros habituales para superar los miedos a fallar: "Me voy a divertir. Lo más importante es ver a la gente en las vallas pasándoselo bien", insistió el castellonense, que no quiere oír hablar de favoritismos ni de quinielas ni de apuestas. García jugó su primer Open con 16 años, en 1996, hace diez.
Quién está muy acostumbrado a que su nombre apenas cotice en las casas de apuestas es Tiger Woods. No da demasiado dinero. Sus posibilidades de victoria son tan altas que no tiene mérito acertar ningún triunfo suyo. "Mi estrategia es ganar el campeonato", zanjó el Tigre una discusión sobre los planes más adecuados para combatir el campo. Aunque reconoció sentirse "sorprendido" por la resistencia que le opuso el Royal Liverpool y dijo que había tenido "unas dificultades" hasta la fecha inéditas "en ningún otro Open".
El californiano alabó a Sergio García y calificó su recorrido de "maravilloso". También comentó con su cortesía habitual que la jornada de hoy, en la que compartirá el paseo con García, será "muy divertida para los dos". No olvidó que también tienen oportunidades "otro grupo grande de jugadores".
Un grupo en el que se mantiene Ernie Els, ganador del Open en Muirfield en 2002, y en el que también se ha colado el estadounidense Chris Di Marco.
Resultados tras la tercera jornada: 1. T. Woods (EE UU), 203 golpes (13 bajo par). 2. S. García, C. DiMarco (EE UU) y E. Els (Sur.), 204. 5. J. Furyk (EE UU) y Á. Cabrera (Arg.), 205. 7. H. Tanihara (jap.), 206. 33. G. Fernández-Castaño, 212. 39. M. Á. Jiménez, 213. 58. J. M. Olazábal, 217.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.